Dinero, cesiones y cortinas de humo en los Presupuestos

OPINIÓN

Maria Jesus Montero y Pedro Sánchez, en los pasillos del Congreso
Maria Jesus Montero y Pedro Sánchez, en los pasillos del Congreso Kiko Huesca | EFE

24 nov 2022 . Actualizado a las 19:30 h.

Gran éxito de la coalición —o tripartito— del Gobierno. Pedro Sánchez logró rearmar la mayoría que Rubalcaba bautizó como Frankenstein para sellar sus terceros Presupuestos, los últimos de la legislatura, y garantizarse manga ancha para manejar el dinero de todos como si el fantasma de la burbuja de la deuda no estuviera después de la puerta.

A la UTE de intereses de socialistas, independentistas más o menos radicales y regionalistas les une la amenaza de una mayoría de centroderecha en las elecciones del próximo año, con lo que todos ellos se han dedicado a sacar el máximo provecho de la debilidad de Sánchez para sacar todo tipo de prebendas: 900 millones para ERC, además de las rebajas penales para los condenados por el 1-O, 90 para el PNV, 43 para Coalición Canaria y unas calderillas para el resto, al margen del gordo a Bildu con la salida de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra, donde ni siquiera gobiernan. Para Galicia nada, ni siquiera unas migajas con las que contentar a un Néstor Rego que, en vez de cargar contra el PSOE y Podemos por su no a mejorar las inversiones en Galicia —bueno, en el tren, que parece ser su única prioridad—, prefirió recuperar los insultos a la monarquía para esconder su abstención.

Por lo demás, la semana de debates deja un extraño sabor de boca. El PSOE, acorralado por las cesiones a los independentistas y los errores de la ley del solo sí es sí, desplegó toda su potencia de fuego mediática para culpar a la prensa y al PP de todos los males del mundo. No le iba demasiado bien hasta que la torpeza de Vox, solo preocupado de enardecer a sus incondicionales, sacó a la ministra Irene Montero del rincón y le dio los argumentos suficientes para convertirse en víctima de una campaña de acoso. La cortina de humo funcionó durante unas horas, pero cuando se disipe, España tendrá sus Presupuestos listos —a falta del trámite del Senado— con un rosario de cesiones que incluyen la desprotección del Estado de derecho con la reducción de penas del delito de sedición, que ahora pasa a ser solo desórdenes públicos graves, y la retirada de otro símbolo de Navarra.

Sánchez tiene dinero para la larguísima precampaña y lo fía todo al olvido de los votantes, la polarización y su imagen personal. ¿Le bastará para frenar la ola demoscópica que impulsa a Feijoo?