La congelación es la exposición permanente de las células a bajas temperaturas. Sufrió un cambio radical en la segunda mitad de la primera década del siglo XXI, cuando surge la vitrificación. La vitrificación, que es un método de congelación muy rápido (milisegundos) y en el que se alcanzan muy bajas temperaturas (-196ºC), es mucho más eficaz que los métodos antiguos como la congelación lenta. Su indicación inicial, para preservar la fertilidad en pacientes con cáncer, rápidamente se ha extendido en la práctica de la reproducción asistida a otras razones, como el almacenamiento de ovocitos para la donación, la acumulación de ovocitos en mujeres que producen pocos ovocitos, otras enfermedades no relacionadas con el cáncer pero que deterioran la fertilidad (endometriosis, quistes de ovario o enfermedades autoinmunes) o, más recientemente, por el deseo de posponer la maternidad o el cambio de sexo.
La técnica ha ganado en eficacia y seguridad, demostrada por la experiencia adquirida desde su implantación en Galicia en el año 2008, cuando publicamos el nacimiento de la primera niña conseguida tras la doble vitrificación de ovocitos y embriones en el mundo.
Los estudios demuestran dos factores relacionados con la supervivencia de los ovocitos a la descongelación. Por una parte, la edad de la mujer a la cual se congelan y, en segundo lugar, la calidad de estos. Esta segunda característica, desafortunadamente, permanece como una incógnita hasta el momento en que se utilicen los ovocitos. Otro factor relevante es el número de ovocitos que se vitrifiquen. El estudio más grande publicado (en el 2018) hasta ahora muestra una supervivencia de los ovocitos a la vitrificación de más de 80 %, con un porcentaje de embarazo del 41 %. En los últimos años esa supervivencia ha mejorado y en nuestra experiencia es del 90 %, que coincide con otros grupos de trabajo. El número de ovocitos deseables para tener un nacido vivo está relacionado con la edad, pero debe ser entre 10 y 15 ovocitos en mujeres menores de 35 años, por lo que en ocasiones se recomienda que hagan el proceso de vitrificación en dos ocasiones.
En resumen, los ovocitos no parecen perder calidad con la vitrificación, pero hay tres hechos relevantes a la hora de usarlos: la edad a los que se congelaron, el número de ovocitos de que se disponga y la calidad de estos, que permanece como una incógnita y no es constante en la mujer. Finalmente, hay que recordar que el tiempo que permanezcan vitrificados no parece afectar su funcionamiento.