¿Qué es la vitrificación de óvulos?

Isabel Vielsa DIRECTORA MÉDICA DE CLÍNICAS EVA

OPINIÓN

María Pedreda

04 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada cierto tiempo, una famosa alude a algún tratamiento médico que se ha realizado por este u otro motivo y lo pone de moda. Al menos, durante unos días. Es entonces cuando los profesionales médicos aprovechamos la experiencia que nos brindan los medios de comunicación para dar a conocer dicho tratamiento y explicar su función, sus ventajas e inconvenientes (si los hubiera).

Es lo que acaba de suceder con la vitrificación de óvulos, que ha recomendado la actriz Jennifer Anniston «para no perder el tren de la maternidad». No se trata, frente a lo que pudieran pensar los neófitos en la materia, de un tratamiento de fertilidad, sino de una forma de preservar la maternidad o, si se quiere, de organizar la maternidad en diferido.

Si por distintos motivos de carácter personal, como puede ser la ausencia de pareja, un trabajo demasiado absorbente o mal remunerado, la mujer considera que no es el momento de ser madre y ve que se acerca a la edad en la que su material reproductivo envejece, puede tomar medidas. También, y así se recomienda, si se le ha diagnosticado cáncer y su tratamiento precisa de quimioterapia y/o radioterapia.

Esas medidas consisten en acudir a una clínica de fertilidad, donde le van a extraer sus óvulos y congelarlos sine die en un laboratorio de reproducción asistida, dentro de un tanque con nitrógeno líquido a -196 grados, hasta que ella considere que es un buen momento para ser madre (no tienen fecha de caducidad). Es entonces cuando se utilizan estos óvulos para ser fecundados en un laboratorio con semen de la pareja o de un donante para ser implantados después en el útero materno.

Este proceso se puede detallar en cinco pasos:

1. Un estudio de fertilidad realizado en clínicas especializadas arrojará información precisa sobre cuántos óvulos tiene la paciente y de qué calidad. Es decir, qué posibilidades de éxito hay en el procedimiento de vitrificación. Cuánto más joven sea la mujer, estas serán mayores.

2. El segundo paso es la estimulación ovárica. Esta fase consiste en la administración de hormonas bajo supervisión y control médico para que maduren varios folículos (lugar donde madura, a su vez, el óvulo) y se liberen en un mismo ciclo varios ovocitos, lo que se traduce en más ovocitos, siendo la posibilidad de gestación mayor. La estimulación ovárica viene a durar unos 12 o 14 días, antes de proceder a la punción ovárica.

3. La punción se realiza en el quirófano y bajo anestesia, para que la paciente no tenga molestias. Debe llevarse a cabo antes de que se produzca la ovulación y se realiza por punción ecoguiada. Se localizan los folículos, se punzan con una aguja de punción y se extrae el líquido folicular (donde se encuentran los ovocitos) por aspiración.

4. Los óvulos extraídos se guardan en un tanque de nitrógeno líquido en el laboratorio a -196 grados hasta que la mujer decida utilizarlos.

5. Los óvulos se fecundan en laboratorio con el esperma de la pareja. Esta fase debe realizarse antes de que hayan pasado 24 horas desde su extracción. A partir de aquí se procede al cultivo y transferencia del embrión. Una vez seleccionados los mejores mediante el diagnóstico genético preimplantacional, que permite descartar enfermedades genéticas, el embrión se transfiere al útero de la mujer.

La recomendación de la Sociedad Española de Fertilidad es que no se transfieran más de dos embriones, para evitar embarazos múltiples, recomendación que asumimos desde Clínicas Eva y sobre la que existe cada día mayor consenso. Se trata de evitar, en la medida de lo posible, los embarazos múltiples, debido a su condición de gestaciones de riesgo.