Sanidad pública-sanidad privada: La tirita y la herida

Rafael Arriaza DIRECTOR DEL INSTITUTO MÉDICO ARRIAZA Y ASOCIADOS

OPINIÓN

Juan Barbosa | EUROPAPRESS

09 feb 2023 . Actualizado a las 11:30 h.

A la vista de la situación de olla a presión llevada al límite de la sanidad española —tanto pública como privada—, parece oportuno decir que «ahora no se trata solo de corregir las conocidas y abundantes deficiencias asistenciales que sufren los españoles como resultado de una errónea política de sanidad. Es necesario ir mucho más allá y, como primer paso, emprender un estudio sustancial, cuidadoso y completo sobre nuestro sistema, elaborado con independencia de juicio por expertos competentes, capaces de analizar la realidad sanitaria y las tendencias que en ella influyen y de emitir libremente recomendaciones técnicas». Resulta triste ver cómo este texto, presentado al Congreso de los Diputados en 1991, y perteneciente al Informe Abril, tiene hoy —¡treinta y dos años después!— plena vigencia. ¿La razón?: la sistemática falta de atención de la clase política española, empeñada en repetir el mantra de «la mejor sanidad del mundo» a los problemas reales del sistema sanitario, y su enorme politización. Se ha convertido en una de las armas arrojadizas preferidas de cualquier político en la oposición, sea del signo que sea, y siempre viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Es comprensible, si atendemos a las cifras, que nos dicen que en los últimos 45 años el Ministerio de Sanidad ha tenido 25 ministros, de los cuales solo dos completaron un mandato cuatrienal. Este es un patrón que se repite en muchas de las consejerías autonómicas, y que se ha visto acelerado después de que el covid pusiera al descubierto de manera brusca las costuras del sistema. ¿Alguien puede creer que —a día de hoy— saber cuántos médicos y especialistas hay en España requiere hacer cuentas poco menos que con ábaco para sumar los datos de todas las fuentes? ¿Y que nadie haya pensado que, al ritmo actual de egresados de las facultades de Medicina, dentro de doce años sobrarán en España más de 31.000 médicos? La razón es que las autoridades competentes no están teniendo en cuenta el número de médicos que se están formando ahora y terminarán su especialidad en 13-14 años, y el número de facultativos que por entonces se jubilarán, igual que no lo tuvieron en cuenta hace quince o veinte años, pero a la inversa. Desde luego, así no se arregla el problema.

Está claro que las necesidades de la sociedad y las soluciones y alternativas que ofrece la medicina han evolucionado muy rápido en estas últimas décadas, y parece que ninguno de los que podrían haber hecho algo para adelantarnos al problema ha tenido ganas, conocimiento o arrestos para afrontarlo de manera decidida. Se han ido poniendo parches sin arreglar el socavón, que ha ido creciendo. En el sistema sanitario público se ha optado, como en cualquier buen sistema funcionarial, por la hipertrofia en busca de eficacia sin eficiencia, y en el sistema privado —muy dependiente de las aseguradoras de salud—, por el incremento del volumen de pacientes, sin mejorar la remuneración de los médicos desde hace 30 años. Tanto en uno como en otro caso, el resultado es el hartazgo, el queme de los profesionales y, a la postre, la caída del nivel de calidad asistencial, las demoras y listas de espera. El origen de esta situación hay que buscarlo, también, en la mala planificación que hizo que en la década de los 80 salieran de las facultades de Medicina un número excesivo de médicos en relación a las necesidades que había en España, lo que generó un volumen de mano de obra barata que permitió, tanto en el sistema público como en el privado, el abuso de los gerentes y gestores que aún hoy se arrastra, solo que ahora no sobran tantos médicos y el colectivo se está empoderando, reclamando que se atiendan sus reivindicaciones de una vez. Y, por lo que parece, esta vez no va a bastar con ponerle tiritas a la herida.