Disney lo hizo antes

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

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01 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En la tradición católica un arcángel es un espíritu celeste del octavo coro cuya misión es actuar como mensajero divino. En la serie antológica Blackmirror, Arkangel era una empresa de biotecnología a la que recurría la madre protagonista del episodio dirigido por Jodie Foster para evitarle a su hija toda la violencia del mundo gracias a un chip que pixelaba la realidad cada vez que esta perturbaba su infancia. Pero semejante despliegue de sobreprotección no solo no hizo más feliz y equilibrada a la chavala, sino que desentrenó su cerebro hasta conducirla al caos.

Era fácil recurrir a este ejemplo tras conocer la memez de una editorial británica que ha corregido a Roald Dahl para rebajar su sal con azúcar y pulir el tono cáustico del autor británico hasta convertirlo en una plantilla correcta para los tiempos o para lo que algunos quieren hacer con los tiempos.

En realidad, los cuentos infantiles llevan siglos siendo adaptados a los tiempos. En la primera versión occidental de la Cenicienta, la muchacha asesina a su madrastra partiéndole el cuello contra un baúl. En otros textos posteriores, las hermanas se mutilan los dedos para que el zapato del príncipe les encaje en los pies. En la Bella Durmiente del siglo XVII, a la joven no la despierta un joven con un beso sino un rey que la viola y con el que engendra dos hijos mientras está en coma. Igual que Peter Pan, que más que un chiquillo revoltoso que se niega a crecer era en el libro de J. M. Barrie un perturbado que asesinaba a los niños perdidos cuando crecían. Y en Blancanieves, la madrastra acababa calzada con unos zapatos de hierro incandescente como castigo. Así que siempre ha habido censores y blanqueadores para adaptarse a los tiempos. Uno de los más eficaces, Walt Disney. Y ya hace unos años.