Te cumplen 20 años del inicio de la guerra de Irak, que causó medio millón de muertos iraquíes, la mayoría de ellos civiles. La invasión se justificó con dos acusaciones falsas, que el régimen de Sadam Huseín poseía armas de destrucción masiva y que era aliado de Al Qaida, que hacía un año y medio había cometido los atentados del 11-S. Días antes, el trío de las Azores, George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar, habían escenificado la luz verde para el ataque. El presidente español era una mera comparsa entre los dos líderes que diseñaron la operación. Tanto el estadounidense como el británico han reconocido que se cometió un fatídico «error», mientras que Aznar no lo ha hecho y sigue presumiendo de aquella foto como una de las mejores de su mandato. ¿Cuál es la situación ahora mismo en Irak? El ránking de The Economist lo sitúa entre los regímenes autoritarios con una nota de 3.13 sobre 10. La democracia y las libertades que Bush prometió a los iraquíes no han llegado. Otra mentira más. El tirano Sadam Huseín fue depuesto, lo que siempre es algo positivo. Pero Irak actualmente es un país sumido en el caos, el sectarismo y la corrupción generalizada, donde las milicias chiíes imponen el terror mediante asesinatos y limpieza étnica de suníes y cristianos. Es Irán quien en realidad manda ahora en Irak, un estado fallido dos décadas después de una guerra ilegal, llevada a cabo al margen de la ONU y por intereses principalmente económicos. El caso de Irak, como el de Afganistán, muestra que las intervenciones militares en terceros países no solucionan nada, y son las poblaciones civiles las que las sufren.