Alimentos congelados

OPINIÓN

María Pedreda

08 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La utilización racional de los alimentos congelados es una opción que puedes contemplar para mejorar la calidad de tu dieta habitual porque te permite incluir una amplia gama de alimentos que, de otra manera, no resultarían asequibles por falta de tiempo o imposibilidad de adquisición. Su consumo siguiendo las indicaciones del fabricante se considera seguro y saludable si no se rompe la cadena de frío en el comercio (lo que reconocerá si el envase está cubierto de escarcha, por ejemplo) o en el transporte a su casa (utilice las bolsas de congelados especialmente indicadas para ello).

Constituyen una opción interesante a la que podemos acudir en momentos determinados, pero no pueden convertirse en la base de nuestra dieta habitual. Resultan cómodos y fáciles de utilizar, pero no todos los alimentos son válidos para ser sometidos a congelación porque sus propiedades nutricionales y organolépticas se verían reducidas (o incluso eliminadas). Tampoco es posible volver a congelar un alimento previamente descongelado o romper la cadena de frío en ningún momento.

Es importante consultar la etiqueta antes de comprarlos porque tienen una fecha de caducidad inscrita de mayor duración que la de los alimentos frescos y que debe ser estrictamente respetada. Además, vienen preparados para ser almacenados con facilidad y dispuestos para una utilización inmediata o postergada (las verduras, por ejemplo, se presentan limpias y cortadas, lo que ahorra mucho tiempo de elaboración culinaria) aumentando la rapidez de elaboración (el pescado, entre otros, está ya limpio y adecuadamente cortado para que pueda cocinarse directamente).

Si usted va a hacer la congelación, debe emplear los recipientes adecuados aptos para el congelador (y para el microondas si lo va a usar también), que indique la fecha en la que lo ha congelado para controlar el tiempo que tiene para consumirlo y que congele los alimentos rápidamente y los descongele con lentitud.