No es decente

María Pereira López EQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS. UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

OPINIÓN

Javi Colmenero | EUROPAPRESS

20 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

No me parece decente que aquellos que hace unos años amedrentaban y asesinaban a ciudadanos españoles se presenten como candidatos a las elecciones, y hablen de democracia y legalidad como cualquier otro ciudadano. Es legal, pero no es decente, y tampoco es nuevo; vienen haciéndolo en los dos últimos procesos municipales sin que nadie, nadie, haya abierto la boca por ello.

La razón por la que ahora hemos convertido este asunto en un tema de campaña no tiene que ver con la decencia, o tal vez sí, que diría Rajoy, pero no tanto con la de Bildu, sino con la de los que entonces callaron, para no molestar al nacionalismo vasco, y ahora se llevan las manos a la cabeza, como si se estuvieran rompiendo los sacrosantos principios de la patria, que tal vez se estén rompiendo.

Lo cierto es que han sido muchos los que, a lo largo de la transición, admiraron la estrategia de Fraga de cobijar bajo el paraguas de Alianza Popular a apellidos ilustres y no tan ilustres del franquismo en aras de incorporar a los actores de la dictadura a la nueva democracia; porque es cierto que la reconciliación se hace reconciliando, por mucho que nos duela a unos y otros.

Los hijos y las nietas de los miles de personas enterradas en las cunetas de España asistieron con desesperación al espectáculo de la asimilación democrática del franquismo, a ver cómo los familiares de los que ocultaron aquellas matanzas se vestían de demócratas, y seguramente fue necesario. Pero, seguramente también, aquellos hombres y mujeres de la Transición sintieron lo mismo que sienten hoy las víctimas de la barbarie asesina de ETA, horror y estupor; el mismo, por cierto, que seguramente sintieron en el 2015.

Los asesinos no tienen colores ni ideologías, y en las reconciliaciones la legalidad y la decencia no van de la mano; en la Transición igual que en la derrota de ETA, en el 2023 igual que en el 2015. Los que sí tienen ideologías y estrategias son los que callaron en la Transición, los que callaron en el 2015, los que por fin descubrieron la decencia al servicio de sus intereses electorales.

El problema reside en entender por qué tamaño descubrimiento tardío de la decencia, por qué ahora lo hemos convertido en el tema principal de la campaña municipal, a quién le interesa que este sea el eje central de esta campaña, ¿quién está estimulando las vísceras y el dolor de la gente para sacar partido de ello?

No es decente, ningún ex asesino debiera estar en una lista electoral, ni formar parte de un gobierno, pero tampoco ninguna democracia puede impedirlo, y por eso no tiene sentido que, cuando se está decidiendo quienes serán los alcaldes que nos gobiernen los próximos años, la agenda política y mediática coloque a Bildu como marco de campaña durante la primera semana de esta. Es cierto, no es decente.