El análisis de Pontevedra: de la noche a la mañana, la cosa cambia

Lars Christian Casares Berg
CHRISTIAN CASARES PONTEVEDRA / LA VOZ

OPINIÓN

Miguel Anxo Fernández Lores se abraza a Anabel Gulías tras retener la alcaldía de Pontevedra
Miguel Anxo Fernández Lores se abraza a Anabel Gulías tras retener la alcaldía de Pontevedra Ramón Leiro

23 sep 2023 . Actualizado a las 08:40 h.

Anoche, cuando este artículo entró en la rotativa, a buen seguro que continuaban bien marcadas las sonrisas en las caras de quienes festejaron la victoria de Rafa Domínguez (PP) en las elecciones de Pontevedra. También, los gestos de decepción en la sede del BNG, donde han visto como Miguel Anxo Fernández Lores ha perdido buena parte de los apoyos que le han hecho permanecer en la alcaldía los últimos 24 años. Pero hoy, cuando usted coja este periódico entre sus manos, las cosas se habrán compensado. La alegría de los populares se habrá convertido en un gesto contenido de satisfacción por un trabajo bien hecho y el chasco de los nacionalistas habrá mutado en pragmático pase de página de una noche para olvidar. Las cuentas dan. Solo falta negociar cómo se equilibra un nuevo gobierno de coalición con el otro protagonista de la noche de ayer, Iván Puentes (PSOE), que con un crecimiento de un concejal gana fuerza en la parrilla de salida de una nueva negociación de áreas entre nacionalistas y socialistas, abocados a reeditar su pacto.

La felicidad de una noche electoral para los populares anticipa cuatro años de amargura en la oposición y fiar a la próxima cita electoral una nueva escalada en las urnas. En el 2015 obtuvo siete ediles, en el 2019, nueve, y ahora once. El BNG deja de ser la fuerza más votada haciendo el camino inverso. Y Lores afronta un mandato que los nacionalistas soñaban como un plácido aterrizaje final pare quien le ha dado todo al BNG. Lores escribirá el que probablemente será su epílogo político ahondando en el modelo que ha hecho a Pontevedra un referente urbanístico, pero escuchando en cada pleno desde las bancadas del PP que deje gobernar a la lista más votada. Los nacionalistas tienen ante sí, además, la difícil tarea de buscarle un sustituto, en la que han ganado terreno sus adversarios. Los populares con un candidato que escala de dos en dos concejales en cada cita con las urnas. Los socialistas con un Iván Puentes que ha logrado crecer después de una apresurado y complejo cambio de cartel para las elecciones. Las sensaciones de anoche estarán entonces más que diluidas. Y Miguel Anxo Fernández Lores habrá firmado prácticamente tres décadas como alcalde para esa nueva cita con las urnas.