La pobreza se hace invisible

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Cédida

09 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Otro disgusto. Mientras sacamos pecho por haber derrotado a la inflación y por ser una de las economías más boyantes, el Banco de España nos devuelve a la realidad. 1,6 millones de familias tienen serias dificultades para llegar a fin de mes porque no pueden hacer frente con sus ingresos a sus costes esenciales que son agua, electricidad, telefonía, alquiler y pago de deudas contraídas. Son unas 300.000 más desde que se inició la crisis de precios agravada por la invasión de Ucrania y el porcentaje va en aumento.

Los datos no deberían de sorprendernos porque llevamos tiempo ya sabiendo de las necesidades familiares para afrontar una vida normal. De forma especial desde que los precios de los productos de la cesta de la compra se hicieron inabordables. Hace algunas semanas, el estudio de una empresa de cereales, nos sacaba a la luz que el número de personas que se salta cada mañana el desayuno casi se ha duplicado, pasando del 4 % en el año 2016 al 7 % actual. Y aunque la mayoría dice no hacerlo por no tener hambre o disponer de poco tiempo, un 5 % asegura no desayunar para que otros miembros de la familia puedan hacerlo. El 3 % declara que no puede permitírselo. Y en el caso de hogares con ingresos inferiores a los 15.000 euros, el porcentaje alcanza el 14 % y 5 % respectivamente. También según dicho estudio, el 26 % de ciudadanos se salta alguna de las comidas diarias para ahorrar.

Y ahí tenemos la nueva pobreza. Una pobreza invisible en la que se quieren ocultar las escaseces. La de la vergüenza en la que no se reconocen las dificultades y se intenta aparentar una vida normal, aunque las carencias vayan en aumento. Con razón Enrique Ossorio, portavoz de Díaz Ayuso pronunció aquella memorable frase de «el que sale a la calle y ve que le dicen ‘‘en Madrid hay tres millones de pobres’’ dice: ¿oye, y por dónde estarán?». Pues por todos los lados y con unas carencias preocupantes, memo. Pero tratan de disimularlo.

Los tiempos son los que son y la situación económica familiar, el continuo aumento de los costes de los alimentos y la dificultad de conseguir empleos estables, son algunas de las causas que provocan estas dramáticas situaciones que originan graves consecuencias. No pueden hacer frente ni a los gastos esenciales.

Esta es la nueva pobreza. La del siglo XXI. La de la gente mal alimentada. La que no se ve porque las penurias se quedan ocultas en casa. Una pobreza que ni los escudos sociales ni las medidas aprobadas logran erradicar. Una nueva pobreza fruto del moderno modelo económico y social y los cambios en nuestras vidas. Es la nueva pobreza que aunque no la veamos, nos está derrotando.