Consume local, consume mejor. Una de las grandes enseñanzas de la respuesta a la pandemia es la puesta en valor del Objetivo de Desarrollo Sostenible 12: «Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles», el tránsito de la economía lineal —adquirir, usar y tirar— a la circular —de las 3R clásicas: reducir, reutilizar y reciclar, complementadas con las de repensar, reparar y, finalmente, reeducar—. En esta lógica, cabría plantearse si esta relación sería aplicable al gasto público, y en concreto al gasto público local y su perfil diferencial como grandes descubridores de competencias» en nuestro marco de gobernanza multinivel. En los últimos días, han sido noticia, a raíz de la publicación del Informe de la cuenta general de las Entidades Locales de Galicia por el Consello de Contas, las ratios de ejecución del presupuesto de gastos de la Administración Local de Galicia —63,25 %—.
Por dar contexto a estas cifras frías de ejecución presupuestaria, resulta interesante destacar el perfil del gasto público local. El sector local en Galicia está a la cola del Estado —undécimo— en cuanto a gasto en personal —una partida de altísima ejecución, a la que, por ejemplo, la comunidad autónoma gallega dedica un 35 % de sus recursos (4.491 millones de euros)—, pero en cambio es el cuarto en cuanto a su perfil inversor, dedicando en porcentaje 2,3 veces más que la comunidad autónoma a gasto de inversión —15,32 % de las obligaciones reconocidas netas, frente al 6,68 %—. La conclusión es similar si se parte de los datos de licitación de obra pública en Galicia. En 2022 el sector local, con tres veces menos presupuesto, licitó un poco menos de 1 de cada 3 euros de obra pública en Galicia, prácticamente al mismo nivel que la comunidad autónoma. Siendo superior en 2018, 2019 y 2021. Y todo ello siendo el sector local con menor deuda financiera por habitante y que ha visto reducida en un 56,67 % —desde el 2016— su participación en los fondos europeos de gestión autonómica. En síntesis, cuando hablamos de ejecución presupuestaria debe tenerse en cuenta el perfil del gasto de que se trate: no es lo mismo pagar nóminas que ejecutar obra pública.
Más allá de la «tiranía de las métricas», se constata la madurez del sector local en Galicia, que sistemáticamente alcanza un porcentaje de rendición de cuentas al Consello de Contas del 100 % —ayuntamientos y diputaciones—, pero ya casi del 90 % en las entidades locales menores, a pesar de ser las grandes olvidadas en las convocatorias de ayudas públicas, frente a, por ejemplo, las 22 entidades en el ámbito autonómico —una agencia, 4 sociedades mercantiles, 14 fundaciones del sector público y 3 consorcios autonómicos—, que no cumplieron con sus obligaciones en el ejercicio pasado. En conclusión, ¿es más rentable el gasto público local? Como mínimo, más transparente en el 2022.