Sobral frente a Broncano

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

08 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Salvador Sobral subió al escenario de Eurovisión en el 2017, con su chaqueta negra extragrande y su melena descuidadamente recogida, parecía un fallo en Matrix en medio de aquella función. Su canción, Amar pelos dois, desprendía la música más exquisita y afinada de la sala, pero allí era la nota discordante. Él lo sabía. Al agarrar el primer micrófono de cristal que ha ganado Portugal, no dudó en revelarse como apóstata de la fe eurovisiva: «La música no son fuegos artificiales; la música es sentimiento y tiene que decir algo». Con el paso de los años siguió señalando que pintaba poco en aquel espectáculo de luz y color y que prefiere gustarle a un solo músico de jazz antes que a millones de eurofanes. Además del talento artístico, Sobral tiene la virtud de decir lo que piensa sin dejar de caer en gracia. Esta semana le dio un sonoro repaso, con mucha ironía y mano izquierda, a dos programas de gran éxito de la televisión. Visitó La resistencia con la lección aprendida para cogerle el punto canalla al programa de David Broncano, conocedor de que este es «un programa importante en España». «Me puse nervioso, como si esto fuera Jay Leno... y, al final, esto es una tontería», señaló. Ese sustantivo, tontería, fue el que usó al recordar que hace años visitó El hormiguero y salió de allí con misma la sensación.