El enigma chino

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

FRANCK ROBICHON | EFE

29 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El año pasado, la República Popular China dejó de ser la nación más poblada del mundo, al ser superada por la India. Una realidad esta que se atribuye a la política china del «hijo único», que actuó de freno, superando el número de muertos al de nacimientos, y que ya ha sido abolida a causa del envejecimiento poblacional que generó. A la vista de esto, todo parece indicar que las consecuencias han afectado a la economía china.

¿Puede ser que, por distintas causas, el modelo económico de China esté declinando? Paul Krugman, premio nobel de economía, ha concluido que las cuentas chinas atraviesan un momento complicado al no producirse el repunte económico que se esperaba, tras levantar las severas medidas adoptadas para frenar la pandemia del «covid cero». Porque ese repunte no se produjo y en su lugar asomaron inquietantes resultados.

¿Se está volviendo insostenible el modelo de crecimiento chino? Es difícil de creer que ayer se iban a comer el mundo entero por la vía económica y que hoy hayan entrado en una etapa de estancamiento y de decepción. Porque la realidad es que China —como Japón en la década de 1980— está en condiciones de gestionar y evitar su propio declive, evitando el desempleo masivo y la pérdida de cohesión social y política.

Pero no faltan quienes, en clave pesimista, ya han expuesto su preocupación ante la posibilidad de que Pekín se equivoque y no responda con acierto frente a sus propias dificultades económicas. Y tampoco faltan quienes han apuntado como muy preocupante que China intente desviar la atención de sus dificultades internas emprendiendo aventuras militares en el exterior (algo que parece muy improbable).

¿Es posible que esté declinando el modelo económico chino? Si pensamos que solo su capital, Pekín, es una de las ciudades más pobladas del mundo, con 22 millones de habitantes, nos estamos asomando a una realidad compleja e históricamente alejada de nuestra cosmovisión europea. Porque es cierto que «una sola chispa puede incendiar la pradera», como dijo Mao Zedong. Y mucho antes que él, Confucio les había enseñado que «quien mueve montañas empezó apartando piedrecitas». Y en ello están.