«Colin de cuentas»: Un pezón y un perro atropellado

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

Movistar+

04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un pezón y un perro atropellado son el detonante de una serie de acontecimientos que zarandean las vidas de los protagonistas de Colin de cuentas, una comedia perfecta sobre personas imperfectas que se conocen en extravagantes circunstancias. El punto de partida es así: una joven estudiante de medicina, de camino al hospital, atraviesa un paso de peatones y un hombre de cuarenta y tantos se detiene para dejarla cruzar. Ella, en agradecimiento, se aparta la blusa y le enseña un pecho. Deslumbrado ante esa visión, avanza con su vehículo sin saber que está a punto de atropellar a un perro. En cuestión de segundos, el animal se interpone en sus vidas con un cúmulo de decisiones perentorias sobre sacrificarlo o someterlo a una costosa operación y cuidarlo después.

La experiencia lleva a pensar que el género de «chico conoce chica» guarda pocos misterios en la recámara y solo puede disfrutarse asumiendo de partida todos sus tics. Es un error. En los primeros episodios estrenados por Movistar+, esta comedia romántica australiana, que Patrick Brammall y Harriet Dyer escriben y protagonizan, ofrece en su punto exacto un humor agudo y perspicaz que cae muy lejos de los tópicos, con personajes cercanos y reconocibles. Viéndola resulta inevitable acordarse de la maravillosa Catástrofe, de Sharon Horgan y Rob Delaney, pero eso no es un estorbo, sino una invitación a seguir adelante.