La moda de cortar carreteras

José María Quijano SECRETARIO GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE TRANSPORTES DE MERCANCÍAS (CETM)

OPINIÓN

María Pedreda

06 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cortar carreteras como método de protesta no es algo nuevo, pero en los últimos tiempos parece ser la única manera. Sin embargo, lo que hemos vivido los transportistas españoles durante las dos últimas semanas en Francia ha traspasado todos los límites.

Los conductores profesionales han sido increpados por los piquetes, que han tirado las cargas de los camiones o que incluso se las han apropiado; pero, además, han estado horas y días parados, sin un sitio al que acudir para descansar o alimentarse, sin nadie que fuera a ofrecer ayuda, o conduciendo por carreteras secundarias en las que la seguridad no estaba garantizada. Todo esto ante la mirada impasible de los gendarmes y también la del Gobierno galo, que ha tardado dos semanas en resolver esta crisis.

¿Y quién ha sido el gran perjudicado? Una vez más, el transporte de mercancías por carretera, ante la pasividad de gobiernos o administraciones, que tienen en su mano la llave para resolver los problemas del campo. Porque, mientras miles de conductores han estado parados, ningún gobernante ha movido una mano para evitar estos incidentes.

La falta de reacción del Gobierno galo no nos ha sorprendido, pero sí hemos echado de menos mayor contundencia por parte del Gobierno español que no hizo ni una sola referencia pública al tema hasta el 30 de enero, cuando se reunió en Bruselas con la comisaria de Transportes y cuando los transportistas ya habían sufrido decenas de ataques.

Habrá que recordar a nuestro Gobierno que los transportistas, pese al abandono que han sufrido estas semanas por parte de las administraciones, siguen día a día llevando mercancías a todos los lugares del mundo. Y es que los transportistas tenemos algo en común con los agricultores: somos imprescindibles.

Respetamos las reivindicaciones de los agricultores españoles, pero esperamos que el gran perjudicado no vuelva a ser nuestro sector, ya que tendría que afrontar de nuevo fuertes pérdidas si se cortan carreteras de manera indiscriminada. La otra parte damnificada sería la ciudadanía, que se encontraría lineales vacíos en los supermercados. Por todo ello, necesitamos que el Gobierno tenga sentido de urgencia para solucionar todos estos problemas en un período de tiempo muy corto.