Odónimos y otros «ónimos»

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

Oscar Vázquez

02 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace nos días vimos en el periódico la palabra odónimo, un término poco usado fuera de contextos especializados. Seguramente, pocos lectores lo conocían. En casos así podemos echar mano de un diccionario y aprender algo. Quienes hayan recurrido en esta ocasión al de la Academia se habrán quedado frustrados, pues allí no aparece. Sí está en la actualización del 2023 del Diccionario del español actual, que ofrece esta definición: «Nombre propio de una calle o vía de comunicación». ¿Cualquier vía de comunicación? Dice algo más el Instituto Geográfico Nacional: «Nombre que designa una vía terrestre de comunicación. Ejs.: Autopista del Mediterráneo, Camino de la Asomadilla, Senda de los Pedernales, Paseo de Extremadura, Rua dos Francos» [sic]. En otros medios limitan los odónimos a los nombres de las vías urbanas.

Odónimo se ha formado con dos elementos griegos, hodós (‘ruta') y -ónimo (‘nombre'), el mismo procedimiento que se ha seguido para construir el francés odonyme, el inglés odonym, el italiano odonimo o el catalán odònim. En algunos se registra la variante con h- inicial, minoritaria, como el hodónimo de la Wikipedia en gallego. La mayoría tienen un eco lexicográfico similar al del español.

El elemento compositivo -ónimo aparece en una treintena de sustantivos españoles, como antropónimo, seudónimo, acrónimo... Algunos de ellos son nombres de lugar, empezando por topónimo (‘nombre propio de lugar'). Ahí están endónimo (‘nombre de un lugar en la lengua vernácula'), exónimo (‘nombre de un lugar en lengua distinta de la vernácula'), orónimo (‘un accidente o elemento natural del relieve') e hidrónimo (‘nombre de río, arroyo, lago, etcétera').

Como odónimo, hay otros sustantivos relativos a nombres de lugar que no registra el diccionario académico. He aquí algunos: alónimo (‘cada uno de los nombres que designan un mismo elemento geográfico'), corónimo (‘nombre de un territorio'), zootopónimo (‘nombre de animal aplicado a un lugar'), fitotopónimo (‘nombre relacionado con la vegetación aplicado a un lugar'), hagiotopónimo (‘nombre de santo o relacionado con la religión aplicado a un lugar')...

La nueva planta digital del Diccionario echa por tierra la justificación de que muchas voces no se incluyen porque son muy técnicas. Pero allí se promete a los hablantes que «encontrarán en él recursos suficientes para descifrar textos escritos y orales». ¿Entonces?