Una cuota para ver anuncios

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

03 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La hierba siempre parece estar más verde del otro lado de la valla y eso es extensible a la cosecha del streaming. No importa a cuántas plataformas esté uno suscrito. Es un síndrome común el de sentir que, cada vez que se bucea sin un plan fijo por los carruseles infinitos de carátulas, la serie más apetecible del momento suele estar en alguno de los servicios no contratados. La oferta es tan inabarcable que las grandes compañías tienen que luchar contra la infidelidad de los clientes haciendo un truco de prestidigitación: si admites ver unos pocos anuncios puedes rebajar tanto la cuota mensual que ni siquiera te merecerá la pena marcharte.

Al principio parecía una estrategia subversiva la de meter publicidad en los servicios que crecieron y se multiplicaron precisamente por no tenerla. Ahora se está convirtiendo para la mayoría en el modelo de negocio en el que confían su continuidad. Pero por mucho que se rebaje la tarifa a cambio de ver mensajes comerciales no hay que perder de vista que quien paga por ver publicidad paga dos veces, la primera, con su dinero, y la segunda, con su tiempo. Al final se ha hecho realidad aquel anuncio que hace más de un año colgó Atresmedia en una inmensa lona de Madrid para darles a las rompedoras marcas del contenido a la carta la bienvenida a la televisión de toda la vida.