Clientes impacientes

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

Santi M. Amil

13 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Los abogados tenemos clientes, que en el caso de los médicos o psicólogos se les denomina pacientes. Los pacientes de los sanitarios pueden ser simplemente eso, pacientes, o pacientes impacientes. La sanidad también es lenta y los médicos, enfermeros o psicólogos también tienen que aguantar los malos humores que la excesiva espera provoca en los usuarios de la sanidad. Por el contrario, en los despachos de abogados son pocos los clientes que comenzaron siendo pacientes y que al cabo de meses o años de pleitos no acaben siendo clientes impacientes. ¿A qué achacan tal lentitud? Pongamos un ejemplo. Unos, tras llevar un año largo sin que se lleve a cabo una pericial psicosocial que les permitirá contactar más con sus hijos, dirigen su ira contra la Administración. Otros, injustamente, se dedican a criticar al juzgado de turno. También existen aquellos, afortunadamente los menos, que sistemáticamente culpabilizan de todos sus males al abogado que no le mueve su asunto. ¿Desde cuándo un letrado puede influir en que un asunto vaya más o menos rápido? Cuando me vestí la toga por vez primera se decía —yo ya no lo viví— que décadas atrás una caja de puros destinada a determinados funcionarios te servía para adelantar o retrasar docena y media de procedimientos. Aquella España era así. Hoy en día está todo informatizado y los funcionarios son de otra pasta. Si algún abogado temerario intenta alguna triquiñuela se arriesga a algo más que una mala respuesta.