La historia puede repetirse

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Contacto / Tomas Tkac | EUROPAPRESS

19 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«La violencia suele ser una reacción de la gente como forma de expresión del descontento ordinario ante el estado de las cosas. Estemos descontentos, pero no seamos violentos». Este canto a la convivencia lo realizó no hace mucho el poeta Juraj Cintula, que acaba de acribillar a balazos al primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico. ¿Qué ocurrió para que en solo unos meses el poeta variara radicalmente su forma de pensar y su comportamiento?

Una de las explicaciones está en la descontrolada confrontación política que invade todos los países del mundo, no solo de Europa, en la que se incluyen los discursos de odio y los llamamientos a la violencia. En los últimos tiempos, Alemania, Francia, Países Bajos, Suecia e Irlanda vivieron este tipo de episodios. Y España. Con ataques a un exalcalde de Ponferrada, a Vidal-Quadras y el envío de cartas-bomba al presidente Sánchez y a la ministra Robles. Entre otros.

De la crispación y radicalización a la violencia solo hay un paso. Y la sucesión de actos violentos contra eurodiputados, diputados y ediles, de todo signo político, ha hecho saltar las alarmas en Bruselas y en el resto del continente. A decir de los estudiosos, radicalizarse hoy resulta muy fácil por el clima de polarización, azuzado por las redes sociales, que se instaló con gran rapidez en nuestras sociedades.

Lo ocurrido en Eslovaquia con Robert Fico, aliado del húngaro Orbán, prorruso, antieuropeo y contrario a la inmigración, es fácilmente comprensible. Porque quien atentó contra él, el poeta Cintula, admira al grupo paramilitar de extrema derecha Slovenskí Branci, cuya tarea es la de proteger a los habitantes, el país, las tradiciones y la cultura. Proteger a los patriotas frente a los que buscan romper la nación. Aquí conocemos bien el discurso.

En el 2020, el Parlamento Europeo advirtió del peligro que entrañan los discursos del odio, a los que se vinculan los casos de violencia política más extremos de los últimos años. Y cuatro de las familias políticas europeas, Socialistas y Demócratas, los liberales de Renew, los Verdes y La Izquierda, acaban de emitir, tras el ataque al eurodiputado alemán Matthias Ecke, una declaración conjunta «en defensa de la democracia», condenando los «crecientes casos de acoso, vandalismo, desinformación, difamación y discursos de odio de la extrema derecha en todos los estados miembros para amenazar a políticos, activistas, periodistas y ciudadanos europeos». Comprometiéndose a «no cooperar jamás ni a formar una coalición con la extrema derecha ni con partidos radicales a ningún nivel». Solo el Partido Popular Europeo rechazó sumarse.

La historia nos dice que muchas tragedias del siglo XX, como la Gran Guerra del 14, se iniciaron con un magnicidio. Y uno tiene la impresión de que podríamos correr el riesgo de repetir la monstruosidad. Porque una cosa es continuar la historia y otra repetirla. Lo dijo don Jacinto Benavente.