Habla Felipe González

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

El expresidente del Gobierno Felipe González participando en un coloquio el pasado mes de octubre
El expresidente del Gobierno Felipe González participando en un coloquio el pasado mes de octubre JUANJO MARTIN | EFE

27 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El expresidente del Gobierno Felipe González compareció el pasado jueves en el programa El hormiguero de Antena 3, donde aseguró que «tenemos mejor sociedad que política» y que «ahora no hay un proyecto de país» porque «estamos metidos en la imprevisibilidad» y no se habla «de los problemas reales».

Después de trece años y medio en la presidencia del Gobierno de España, Felipe González se convirtió en un icono del pasado, cuya sombra trataron de evitar sus herederos, sobre todo el actual presidente, Pedro Sánchez, y antes José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), quien dejó una «herencia terrorífica», dijo. Quizá porque los éxitos de González gozaron de gran aprobación popular y significaron avances incontestables en la realidad española.

Recordó el expresidente que, en 1978, donde más se votó la Constitución fue en Cataluña, y preguntó: «¿Quién se atreve a discrepar ahora en el PSOE? Porque una cosa es gobernar y otra muy distinta es estar en el Gobierno». Y rechazó el «arrodillamiento» de Sánchez ante Puigdemont para mantenerse en la Moncloa.

El expresidente González aprovechó también la ocasión para ofrecer una vista panorámica sobre su larga etapa en el Gobierno y también sobre lo que vino después, es decir, hasta hoy mismo, con un distante Pedro Sánchez en la Moncloa.

¿Hablaba un Felipe González dolorido? Parece que sí. Porque quien comparecía en la entrevista era alguien que quería contar su verdad, formular sus inquietudes y también expresar su confusión por la singular deriva del sanchismo.

La entrevista dio bastante más de sí, con un Felipe González dispuesto a hablar alto y claro, pero el eco de sus palabras parecía lastrado por un sentimiento de injusticia o de incomprensible evolución del PSOE. Ese partido que ahora dirige Pedro Sánchez con mano férrea y sin un particular afecto por la tradición socialista que antaño revitalizó Felipe González. Y es que cada uno es hijo de su tiempo y de sus ambiciones.