«Intento coller unha papeleta con certo disimulo, tratando de evitar a ollada furtiva do meu veciño»

OPINIÓN

Villar López | EFE

11 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

¡O meu voto é meu... e do meu veciño!

Eleccións Europeas. Unha nova cita electoral. Unha persoa, un voto. Un dereito persoal que se ha de exercitar de xeito consciente, libre e voluntario, din. Mais nesta ocasión percibo certa vulneración dos meus dereitos coma votante. En concreto do artigo 86.2 e, consecuentemente, do artigo 86.1 da lei orgánica reguladora dos procesos electorais. Como levo facendo durante os últimos trinta e cinco anos diríxome a unha das dúas cabinas dispostas no meu distrito electoral coa intención de coller unha papeleta e ambas están baleiras. Unha longa mesa, á vista de calquera, acolle as papeletas de todas as candidaturas que concorren nestas eleccións. Intento coller unha delas con certo disimulo, tratando de evitar a ollada furtiva do meu veciño que desexaba facer o mesmo ca min: votar en segredo. Nesta ocasión non puido ser. Disque o gran número de candidaturas que se presentan fai imposible colocar todas as papeletas nas cabinas correspondentes. Cousas da intelixencia natural en tempos da IA. O meu veciño máis eu, coma xente de honra, decidimos manter o segredo entre nos despedíndonos cun ¡vémonos nas próximas! Carlos Alberto Noya Quintáns. Negreira.

Bildu: limpieza, lo primero

Creo entender la adhesión de muchos vascos a Bildu. Sus políticas sociales y progresistas atraen a muchos jóvenes. Su profundo regionalismo se exhibe más cercano y veraz que el del desgastado PNV. Ha ganado mucho en moderación, tanto en el escaño como en la calle. Su vocación pragmática le ha llevado a sostener al Gobierno nacional, proyectando en esta faceta una imagen limpia, alejada de las contradicciones y las amenazas escénicas de otros socios. Es un compañero de viaje austero y fiable. Me cuesta creer, no obstante, cómo puede articular Bildu esta línea de acción global tan eficiente, a juzgar por los resultados electorales, con la contribución a Sortu, el principal y vetusto socio de la coalición. ¿Cómo es posible que designe a un exetarra para representarle en una comisión de las Juntas Generales de Álava? Es una provocación en toda regla. Tampoco es posible armonizar el debate político sobre la ética en los impuestos, que es el caso en cuestión, cuando quien lo hace fue condenado por transportar una furgoneta a Madrid con explosivos. ¿Qué sentido ético han creído apreciar en quien, en defensa de su ideal político, era muy capaz de llevarse por delante sabe Dios a cuántos inocentes? Con qué talante puede hablar Bildu de regeneración y de mirar para adelante cuando designa como interlocutor institucional lo más retrógrado del pasado que pretenden olvidar. Si Bildu quiere pasar página de verdad, aún con los principios de siempre, tendrá primero que sanear su mundo de la escoria que aún le queda. Aún ya cumplida su condena, lo que pretendió semejante especie debería perseguirle de por vida. Enrique López de Turíso. Vitoria.

Discriminación a niños celíacos

Llevé a mi hijo a un torneo de fútbol en Corgo (Cerceda) en el que había más de doscientos chavales. Los jugadores estaban invitados a comer en un pabellón y la empresa de cáterin preguntó a la organización si había alguien con intolerancias alimenticias, a lo que se les comunicó que dos (mi hijo y un compañero) eran celíacos. La comida fue pasta con carne para todos y una loncha de jamón cocido con una rebanada de pan sin gluten, que dejó a los dos pequeños en una situación ridícula, además de quedarse prácticamente sin comer con toda la tarde de partidos por delante. Estaría bien que estas personas, tanto del mundo deportivo como de servicios para eventos, pensaran un poco en la gente. F. S. C.