Por hablar, del mejillón y el percebe

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

Martina Miser

20 jun 2024 . Actualizado a las 11:46 h.

No dudo que entre la actividad de los más recientes responsables de la Consellería del Mar está el conocer y analizar los datos que su departamento publica —y en los que ellos acreditan— en pescadegalicia.gal. Por eso no es a ellos a quien esta reflexión va dirigida, sino a los improbables lectores que puedan sentirse interesados por anuncios, declaraciones, manifiestos, publicaciones científicas e incluso manifestaciones ciudadanas que sobre el mundo del mar brotan.

Sobre todo, porque la publicación de las estadísticas del 2023 aporta claridad, quizás sorpresas, sobre las medidas aprobadas en los planes de Explotación del trienio 2022-2024, Orden de 22 de diciembre de 2021, lo que supone que el 50 % del litoral rocoso está sometido a los planes de explotación de las cofradías para el percebe, sin libre acceso de los mejilloneros en las condiciones de la orden del año 2000. Sin duda, con el objetivo de mejorar las capturas de percebe, al parecer afectadas por la tradicional recogida de semilla de mejillón regulada desde el 2000.

El mejillón registra entre el 2022 y el 2023 una caída del 20 %, situando la producción en 178.000 toneladas y los ingresos en 119 millones de euros, frente a 219.000 T y 150 millones de euros en el año 2022, sin padecer cierres prolongados por mareas rojas en ese año. Con un nuevo incremento del mejillón para consumo en fresco, 79 % de la producción, frente al de industria industria, tan solo el 20 %. Y unos ingresos del 83 % aportados por el fresco, frente al 17 % de industria. Los datos para la industria mejillonera y para el mar de Galicia son alarmantes. Sobre todo, atendiendo a que la pesca fresca desembarcada en el 2023 apenas sumó 125.000 T. En las capturas de percebe, una especie protegida con zonas de exclusión para la semilla de mejillón en los años 2022 y 2023, la situación también empeora. Relacionando la media de capturas (331 T de percebe) de los siete años anteriores a la pandemia (2013-2019) con las de los años 2022 y 2023 se han observado descensos del 26,5 % y del 31 % respectivamente. Apenas 230 T de percebe en el 2023.

Únase a estos datos aquellos otros registrados para las almejas y berberechos, causa y razón de las reiteradas solicitudes de declaración de zona catastrófica para las rías, con ayudas públicas a las poblaciones mariscadoras para paliar la escasez de capturas y productividad menguante —aun con reducción de los permisos o el cierre de la explotación marisquera por las cofradías—.

Y si la situación es grave en la concha blanca, la del mejillón no le va a la zaga. En una preocupante realidad asociada a mortalidades y bajos rendimientos. Mejillones, almejas y berberechos que, en la Unión Europea y en España, mantienen una fuerte demanda, atendida por ventas intracomunitarias o importaciones de terceros países.

Por eso sorprende, ante estos datos del mar gallego dando avisos, el silencio. También en el Parlamento de Galicia. Por dar por el aviso. Del mar de Galicia.