La apuesta de Netanyahu

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

Shaul Golan / Yedioth Ahronoth P | EFE

24 jun 2024 . Actualizado a las 09:27 h.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha disuelto el gabinete de guerra que él mismo había formado después de que Hamás atacase a Israel el pasado 7 de octubre. Esto ha significado la desaparición de sus socios más moderados, al tiempo que los radicales han logrado tener más peso. Lo cual hace pensar que aumentará la cifra de los ya más de 37.000 palestinos muertos en Gaza a causa de los continuos ataques de Israel.

La ausencia de elementos moderados -—con los radicales exigiendo tener cada vez más peso— configura un horizonte de «sangrienta huida hacia adelante». Algo que satisface al primer ministro israelí, que no quiere perder el control de su coalición de Gobierno, la cual ya comparece como la más ultraderechista de la historia de Israel.

De hecho, Netanyahu ha elevado la presión sobre Estados Unidos para que le envíe más armas «para poder cumplir con sus objetivos en Gaza». Pero el presidente norteamericano, Joe Biden, ha retenido la entrega de bombas, armas y municiones por temor a que el Estado judío las utilice en zonas densamente pobladas de Gaza.

El primer ministro israelí ha manifestado que «Israel, el aliado más estrecho de Estados Unidos, lucha por su vida, lucha contra Irán y el resto de nuestros enemigos comunes». En este sentido, ha pedido que le den las herramientas «y terminaremos el trabajo mucho más rápido».

El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es muy consciente de que apoyar la destrucción de Gaza puede tener efectos muy negativos para él en las elecciones de noviembre próximo, en las que se enfrentará al también veterano Donald Trump, cuya combatividad electoral está bien acreditada. En este sentido, parece razonable que ambos candidatos no quieran identificarse plenamente con la coalición ultraderechista del Gobierno israelí y, sobre todo, que no quieran tener corresponsabilidades directas en las masacres de Gaza. Algo que Israel también tendrá que acabar entendiendo, sin apostar por seguir en una sangrienta huida hacia adelante que el resto del mundo ni entiende ni comparte.