Vacunas y cáncer

Manuel Luis Casalderrey
Manuel-Luis Casalderrey RINCÓN ABIERTO

OPINIÓN

JUNTA DE ANDALUCÍA | EUROPAPRESS

12 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las primeras vacunas diseñadas usaban virus y bacterias debilitados, que se inyectaban en el cuerpo humano e inducían la generación de anticuerpos, que evitaban infecciones posteriores. Gracias a las vacunas se han salvado millones de vidas humanas e, incluso, se ha conseguido erradicar una enfermedad en humanos: la viruela, de la que ya no se conoce ningún caso. Es previsible que las vacunas contribuyan pronto a erradicar la poliomielitis y el sarampión. Las nuevas vacunas utilizan moléculas de ARN mensajero, cuya eficacia se ha puesto de manifiesto en la pandemia de covid-19. La rapidez de su uso fue posible gracias a que se llevaba experimentando con ellas desde hacía tiempo.

El presente de las vacunas contra el cáncer es muy prometedor y está marcado por diversos avances significativos en la investigación y desarrollo de diferentes tipos de vacunas: preventivas (actúan igual que las vacunas clásicas, evitan el cáncer) y terapéuticas (ayudan a curar el cáncer).

Ya existen vacunas para prevenir ciertos tipos de cáncer y entre ellas destaca la vacuna contra el virus del papiloma humano que se usa desde hace años y resulta eficaz en la prevención. En la actualidad existen algunas vacunas terapéuticas para el tratamiento del cáncer de próstata, el cáncer de vejiga y el melanoma, entre otros.

Las vacunas terapéuticas se diseñan para ayudar al sistema inmunológico a reconocer y atacar las células cancerígenas de manera más eficaz.