José María García lo hizo antes

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

Peter Cziborra | REUTERS

07 ago 2024 . Actualizado a las 12:39 h.

Año 1976. El periodista José María García es el editor de la revista deportiva Don Balón, en el mercado desde hace apenas unos meses. El 30 de noviembre, los lectores de la publicación se encuentran en portada un titular terrible: «¿Hombre o mujer? Estalló la polémica. La máxima encestadora de la liga femenina de baloncesto, polo de atracción». En la foto, una imagen de Marisol Paíno, carismática jugadora del Celta de Vigo que con apenas 20 años había convertido el equipo en el mejor de la competición y en un fenómeno en la ciudad, que cada semana alucinaba con aquel grupo de mujeres. Unos meses antes, las jugadoras catalanas del Evax habían denunciado alineación ilegal, en una estrategia que muchos relacionaron con el inesperado papel del Celta dentro de la Liga. A pesar de la presión, Paíno continúa jugando y es convocada por la selección. En la temporada 81-82 se convierte en la máxima anotadora de la Liga y de la Copa, mejor jugadora española (con Fernando Martín en hombres), mejor deportista de Vigo (la primera que no había nacido en la ciudad) y miembro del quinteto ideal de Europa. Al año siguiente, la federación impone un control de sexo, al que Marisol decide no someterse por dignidad. «Soy de carne y está claro a qué género pertenezco. Querían un certificado de mi sexo y cuando lo tuvieran pedirían otra cosa», declaró aquellos días, en los que fue ridiculizada e interrogada hasta sobre su menstruación. En su retirada hubo quien la acompañó, quien denunció el sensacionalismo del que fue víctima y quien resaltó la clase, el carisma y la bondad de la jugadora. Pero todo aquello marcó a una mujer que hoy se niega a recordar y que los demás deberíamos hacerlo por ella. Porque cincuenta años después algunas cosas no han cambiado.