De Bangladés a Venezuela

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

12 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Sheikh Hasina, la ex primera ministra de Bangladés, un país asiático con una población de 171 millones de personas, dimitió de su cargo el 5 de agosto y se exilió a la India tras las protestas estudiantiles iniciadas el 10 de diciembre del 2022 y que ocasionaron la muerte de al menos 130 manifestantes en la última semana. Esta licenciada en literatura bengalí de 76 años es hija del fundador del país, asesinado en 1975 durante un golpe de Estado. Sheikh Hasina accedió al poder, en cierto modo, sustentándose en la reputación de su padre y se ha mantenido en su cargo con una política cada vez más represiva contra la disensión. Sus defensores argumentan que durante los últimos quince años de su gobierno Bangladés ha progresado económicamente de manera muy sustancial, hasta tener un crecimiento superior al de la India y haber sacado de la pobreza a 25 millones de sus habitantes. Sus detractores la acusan de ser una dictadora y mantener unas relaciones demasiado estrechas con la India, país del que se desgajaron en 1947 tras una cruenta guerra. Mientras su hijo anuncia su regreso, el país afronta el proceso para una nueva convocatoria electoral y el retorno a la democracia de mano de Mohamed Yunus, el patrocinador mundial de los microcréditos.

En la otra punta del mundo, Nicolás Maduro, un ex conductor de autobuses, lleva ejerciendo la presidencia de Venezuela desde el 2013, pese a las constantes protestas de la oposición, apoyándose en la feroz represión de todos los que están en contra del ejercicio dictatorial de su mandato y las evidencias de manipulación electoral. Su presunto apoyo popular se sostiene en un complejo entramado clientelar de subvención y corrupción. Su nefasta gestión ha hundido en la miseria a un país que nada en recursos naturales, petróleo incluido. Tras años de lucha, parece que el apabullante pucherazo en las elecciones del pasado 28 de julio no va a ser pasado por alto. Aunque Maduro se resiste a abandonar su trono y sus privilegios, en esta ocasión haría bien en aceptar la propuesta de asilo de Panamá. Una retirada a tiempo, como la de Sheikh Hasina, es siempre una victoria. No solo pueden salvarse él y sus acólitos, sino, lo que es verdaderamente importante, puede evitar una espiral de violencia aún más grave en un país que se merece un destino mejor.