Las luces de la educación gallega

Xose Carlos Caneiro
xosé carlos caneiro EL EQUILIBRISTRA

OPINIÓN

Un grupo de alumnos, regresando a las aulas este miércoles en un colegio de Santiago
Un grupo de alumnos, regresando a las aulas este miércoles en un colegio de Santiago SANDRA ALONSO

16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre he amado a Flaubert. Perdida, arrebatada, fieramente. La educación sentimental fue su última novela publicada en vida. Un genio. Quizá uno de los autores más relevantes de la historia de la literatura. «Los grandes muros de los colegios, como ensanchados por el silencio, tenían un aspecto más sombrío todavía». Los colegios sombríos. Aquellos que no dejaban penetrar la claridad. No me detendré en la novela. Precisaría páginas para bosquejar la grandeza de esta obra maestra. Me sirve solo para preludiar la argumentación de este lunes: las luces de la educación gallega. Las luces que han saltado todos los muros, con sus sombras, y nos sirven para tener fe en nuestro futuro. Nadie ha avanzado, en todo lo referido a la educación, más que Galicia en los últimos años. Nadie en España y muy pocos en toda Europa. Los datos son objetivos y de ellos hemos hablado en más de una ocasión. Se han aminorado los índices de fracaso escolar o de abandono, en las pruebas de evaluación del sistema educativo (PISA) ocupamos siempre puestos de privilegio (llama la atención que seamos los primeros del Estado en equidad), nuestra FP es un paradigma, la formación del profesorado alcanza niveles de excelencia (así lo certifican las auditorías externas). Podría seguir. Es suficiente. Los datos son objetivables y no precisan mayor meditación. Sí necesita una somera reflexión el hecho de seguir avanzando. No detenerse. Porque mejorar siempre es posible. No conformarse. El inconformismo en la educación equivale a la optimización. Y ese es el reto.

Galicia, educativamente, se significa como pionera en numerosas singularidades. Este año ha querido serlo más, o eso parece. Se han afrontado unas oposiciones con más de veinte mil aspirantes a docentes y se han solventado con éxito. De tal manera que ya se han incorporado a las aulas profesores nacidos en este siglo. No han sido pocos los aprobados, 1.256, concretamente. Todos ellos llegan con la ilusión y las ganas de servir a su vocación: el aprendizaje del alumnado. A mayores, cuatrocientos docentes incrementarán las plantillas de los centros para desarrollar el plan Mega, una aspiración de la Administración para hacer cada vez más inclusiva y diversa nuestra educación. Se han rebajado las ratios: en cuarto de infantil se disminuye de 25 a 20 el máximo de alumnado (una bajada que se extenderá a todos los niveles progresivamente). Se continúa con la ayuda a las familias (material escolar, fondo solidario, comedores, transporte...). Y, lo más impactante, Galicia se convierte en la primera comunidad autónoma que facilita la enseñanza gratuita desde los cero años hasta el fin de la universidad. No se puede pedir más. Y todo ello pactando con los sindicatos cada paso. Solo se ha desmarcado uno de ellos.

Termino. Felizmente, como comencé esta columna. Entre luces. Las de Flaubert y las educativas. Solo la educación puede transformar los mundos.