En octubre del año 2021 Impulsa, sociedad público-privada de la Xunta, anunciaba que, luego de un proceso de concurso internacional, había decidido seleccionar a Altri como socio inversor y tecnológico para impulsar una fábrica de fibras textiles a partir de madera de los montes gallegos. Una planta que la Xunta anunció como uno de los proyectos tractores para Galicia para concurrir a los fondos Next Generation (250 millones de euros).
En febrero del 2022, el Parlamento gallego aprobó por unanimidad que esa fábrica que promoverá Altri se instale «preferentemente» en la provincia de Lugo. Y en abril de ese año el presidente de la Xunta, Núñez Feijoo, agradeció a Altri la decisión de invertir en Galicia. En esa fecha, Feijoo señaló: «Necesitamos al Gobierno central para cerrar este círculo y apostar por la ejecución material y eficiente de los fondos, de acuerdo con el reglamento de los mismos».
Luego el proyecto pasó a ser consorciado entre Altri y la empresa gallega Greenalia, y también a ser cuestionada su viabilidad ambiental y económica por el BNG y una serie de organizaciones vecinales y ambientalistas. Otros, como el profesor Manuel Marey, analizaron con preocupación el futuro de la producción forestal gallega, seis millones doscientos mil metros cúbicos de eucalipto en el año 2022, mucho más de la mitad destinada a industrias de primera transformación fuera de Galicia. Teniendo nuestras industrias transformadoras de la madera un peligro de falta de competitividad en mercados en recesión y a los que se han incorporado nuevos competidores mucho más eficientes. Por ello, una alternativa industrial, de celulosas y fibras textiles, merece atención. Obviamente en sus aspectos financieros, pues la opción de Impulsa por Altri tenía una limitación de capacidad inversora, y de ahí la necesidad de «el Gobierno central para cerrar el círculo», una vez resueltos los temas ambientales en relación a la normativa europea. Dependiendo también de otras decisiones estratégicas del Gobierno de España respecto al destino de esos voluminosos fondos. De ello alertó La Voz, dando señal de un desacuerdo, cuando en el comunicado de la Moncloa de la reunión de julio del 2022 se omitió el apoyo al PERTE de Altri, comprometido entonces según el presidente de la Xunta. Porque sin ese acuerdo, como señaló Feijoo, la viabilidad de la propuesta de Altri puede desvanecerse. Y ese es el síntoma que ahora aflora, con las declaraciones del secretario general de los socialistas gallegos y las del ministro Cuerpo enfatizando lo obvio.
Pero en el proyecto empresarial de Altri, además del tema financiero, el forestal, el medioambiental y la competencia con otras industrias transformadoras en Galicia, están las emociones (celulosas y eucaliptos). Y por último, la tecnología de fibras textiles. Tecnología en manos de muy pocas empresas europeas, que han visto cómo las grandes macrocelulosas se han hecho con su control. Quizá para ser quienes marquen el futuro del eucalipto de Galicia.
Realidades complejas y expectativas fallidas. O no.