Cambio climático y nivel del mar

OPINIÓN

María Pedreda

25 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En tan solo dos días, y en el plazo de 6 horas y 12,5 minutos, pudimos ver lo que el cambio climático lleva haciendo en Galicia desde el final de la última glaciación, hace 12.000 años. El nivel del mar subió y bajó como si Moisés se hubiera estacionado con su varita mágica a la orilla del mar, bien en la playa de Santa Cristina, bien en alguna de esas islas precarias que adornan la costa gallega, como la de Santo do Mar en Marín. Durante unas horas pudimos cruzar a pie enjuto lo que horas después era inundado por el mar. Y en menos de 6 horas vimos que el mar invadía las ciudades costeras. La fortuna meteorológica impidió que un temporal con viento y olas extremas agravara la situación, algo habitual en Galicia durante el invierno.

Las mareas vivas excepcionales han puesto en evidencia que gran parte de la Galicia costera urbana está expuesta, por la inadecuada gestión del litoral permitiendo construcciones fuera de zona segura, planteando una inquietante pregunta: ¿están diseñadas las ciudades para soportar, sin problemas de corrosión, los baños en agua de mar? La subida del nivel del mar será continua hasta que termine el interglacial actual y ya está provocando una entrada progresiva del depocentro sedimentario (la zona de cuenca de sedimentación donde mayor espesor de sedimentos se registra) hacia el fondo de las rías. Y como la construcción de embalses, generalizada a toda la red fluvial, impide el transporte de arenas y gravas, lo que depositan los ríos de Galicia son fangos (materia orgánica particulada), que cubren los fondos de las rías inhibiendo la producción de los bancos marisqueros de fondo y obligando al dragado (casos de Viveiro, Ferrol y rías de O Burgo, en A Coruña, y Pontevedra. Alguien debería extraer enseñanzas de estas escandalosas mareas vivas de septiembre.