Los juzgados no funcionan mal. No son poco operativos en absoluto. Si cualquier ciudadano visita una oficina judicial en una jornada laboral, reparará en que todos y cada uno de los funcionarios que allí se encuentran no paran de trabajar. ¿Entonces por qué motivo es tan lenta la justicia? Pues debido a que por la falta de juzgados que existe en nuestro país cada uno tiene una carga de trabajo que, en determinadas ocasiones, llega a duplicar a la que como máximo podría soportar para funcionar bien. Como no se dote de medios materiales y humanos a estas dependencias judiciales más pronto que tarde la justicia española se colapsará y cualquier pleito, de los de menos enjundia, tardará años en resolverse. E irremediablemente el problema se incrementará día a día hasta que la solución sea inalcanzable. La justicia, junto a la educación y la sanidad, son los tres pilares fundamentales para que una sociedad funcione. Que nuestras autoridades lo tengan en cuenta a la hora de asignar recursos. Y por favor. Acabemos con el tópico de que la justicia es un caos porque los funcionarios toman mucho café. Tomarán uno, el que lo tome, como usted y como yo.