Este fin de semana se estrena la película de Iciar Bollaín Soy Nevenka, con una magnífica banda sonora de Fillas de Cassandra. No creo que ya haga falta escribir sobre lo ocurrido con Nevenka Fernández. Hoy, cualquier persona con sentido común sabe lo que ocurrió, salvo que sea del sector integrista del Partido Popular de Ponferrada, y les aseguro que sé de lo que hablo.
Si recuerdan, el juicio fue de lo más mediático. El fiscal, José Luis García Ancos, acabó siendo retirado del caso con un polémico interrogatorio en el que afirmó: «¡Usted no es la empleada de Hipercor que le tocan el trasero y tiene que aguantarse porque es el pan de sus hijos!». García Ancos también llegó a declarar a una cadena de radio que de los testimonios del juicio se desprendía que «Nevenka, en el colegio, era una putilla». Un fenómeno.
Álvarez, que siempre mantuvo su postura de inocencia y de negación de los hechos, perdió el juicio: fue condenado por el Tribunal Superior de Castilla y León a nueve meses de cárcel, una multa de 6.480 euros y una indemnización a Nevenka Fernández de 12.000 euros por acoso sexual. Como era de esperar, dimitió «voluntariamente» como alcalde de Ponferrada y desapareció de los cargos públicos durante un tiempo.
Eso sí, siguió viviendo en Ponferrada con el apoyo incondicional de gran parte de la ciudad (la manifestación en su apoyo que se muestra en el documental, y las declaraciones de algunos de sus participantes, son vergonzosamente machistas) y hasta volvió a presentarse a las elecciones en el 2011 con un partido independiente, convirtiéndose en la tercera fuerza política más votada y obteniendo cinco concejales.
Pues bien. El Ayuntamiento de Ponferrada, gobernado por PP y Coalición por el Bierzo, no permitió rodar en la capital berciana el largometraje que ahora ser estrena y se tuvo que filmar en Zamora. «¿Por qué no se hizo aquí? Algo habrá por ahí, que gobierna el mismo partido del que era Ismael Álvarez», ironizan quienes han querido hablar anónimamente.
Pudo haber sido Ponferrada el escenario escogido para el rodaje de la película de Iciar Bollaín ya que se buscaron localizaciones allí por parte de la productora, sin embargo, como publicó la prensa «el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ponferrada, y portavoz de Coalición por el Bierzo, aseguró que el alcalde de la capital berciana no veía conveniente el uso de algunos espacios públicos, como el ayuntamiento o el Castillo. No veía bien. Sí, han leído bien. Una cosa es que haya acoso con sentencia firme y otra que dejemos que filmen en el pueblo; el Partido Popular y sus socios prohibieron que la película se filmara en Ponferrada y la productora se tuvo que ir a Zamora. Solo ensayando mucho se puede ser más burro: ahora, pregúntenle a Feijoo su opinión.
Aún hoy, cuando lean esto, algún imbécil a su derecha dirá: tampoco es para tanto. Aléjense pronto, puede ser de la film commission.