La milicia libanesa de Hezbolá empezó lanzando un centenar de cohetes sobre Israel, pero no logró materializar ninguna gran represalia. Lo cual parece indicar que ha forzado un conflicto cuyas consecuencias la propia Hezbolá teme, con más de cien mil civiles huidos del sur del país, la zona que Israel ha bombardeado con más intensidad.
La paradoja de la situación parece ser que la milicia libanesa ha forzado una guerra que en verdad no parecía querer, quizá porque no desconoce los riesgos de la consiguiente confrontación con Israel. Algo que Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, ya ha fijado como el nuevo objetivo: invadir el sur del Líbano para restablecer una «franja de seguridad».
Israel pretende no repetir lo que hizo en el 2006, cuando dejó a Hezbolá viva e incluso capaz de «vender» una victoria entre sus simpatizantes. Israel quiere completar ahora el golpe entrando abiertamente en territorio libanés, como hizo en 1978 y 1982. Y no parece que haya nadie en condiciones de frenar el propósito del guerrero Netanyahu.
Hezbolá sostiene unas estructuras sociales y una potente fuerza militar, con una buena dotación de misiles capaces de alcanzar el territorio israelí, pero Israel ya ha procedido a bombardear el Líbano en su cerco a Hezbolá, elevando así el riesgo bélico. El intercambio de proyectiles se ha recrudecido en la frontera, en lo que algunos expertos ya han definido como «riesgo de una guerra total en Oriente Próximo». Algo que el Gobierno israelí definió como «la nueva fase de la guerra», que hace recordar los crueles episodios bélicos en la Franja de Gaza.
La ofensiva israelí ha colocado en una posición delicada a Estados Unidos, que, a pocas semanas de sus elecciones presidenciales, sigue tratando de evitar que la guerra se extienda por el Líbano. La Casa Blanca ha insistido en que el «mejor camino» sería alcanzar un alto el fuego, con intercambio de rehenes. Pero Israel parece tener ya otros planes. La ONU quiere evitar otra Gaza, pero Netanyahu sostiene que seguirá atacando Líbano y que «quien tenga un fusil en su salón no tendrá un hogar». Dicho en pocas palabras, que Israel se propone invadir el Líbano a su violenta manera.