Tropas norcoreanas en Ucrania

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

KCNA | EFE

01 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los discursos de Vladimir Putin de la semana pasada, intentando justificar, por enésima vez, la invasión de Ucrania como un acto de defensa frente a la amenaza que supone la expansión de la OTAN y en apoyo de lo que él denominó un «nuevo orden global democrático», pasará a los anales de la historia como un vano intento por ganar apoyos internacionales y mantener el poco crédito que le queda. Cierto que habló para un público si no entregado en su mayoría, sí dispuesto a aceptarlo a cambio de algunos beneficios, pero resulta inevitable hacer comparaciones con las manifestaciones de muchos dictadores cuyo recuerdo no es precisamente memorable.

En cualquier caso, la reunión de los BRICS en Kazan, organizada por Moscú, del 22 al 24 de octubre, solo sirvió para presenciar cómo muchos líderes mundiales intentan acceder al protagonismo del que carecen en la esfera internacional de los países más democráticos, tales como el entregado Maduro; así como para evidenciar la disparidad, cuando no directamente rivalidad, entre ellos, como por ejemplo entre la India y China.

Tras este extraño y poco meritorio baño de multitudes de Putin, la realidad ha vuelto a imponerse con toda su crudeza. La guerra en Ucrania no va nada bien y lo que se había previsto que fuera un paseo militar se ha convertido en una sangría humana y económica que no hace sino debilitar al zar de Moscú. Consciente de la impopularidad de este conflicto a nivel interno, y al objeto de garantizar el suministro de los repuestos militares que tanto necesita, Vladimir también ha aceptado la oferta de su amigo Kim Jong Un de desplazar tropas norcoreanas al frente ucraniano. Un despropósito de proporciones épicas. Este movimiento no solo puede dar alas a Kim Jong Un, quien puede decidirse a dar un paso más contra Corea del Sur, sino que podría utilizarse como justificación para empujar a la internacionalización de una guerra en la que Occidente lleva resistiéndose a intervenir de manera directa. Paradójico será que la ayuda que tanto lleva reclamando Kiev pueda llegarle gracias al movimiento de Pion Yang.