El pleno de las Cortes de Aragón ha aprobado una proposición no de ley por la que se insta al Gobierno de Jorge Azcón a mejorar las compensaciones a los ganaderos por los daños sufridos por los ataques de oso en el Pirineo. Hasta aquí, todo aparentemente normal.
Durante dicho debate, el diputado de Vox Juan Vidal ha protagonizado unas surrealistas declaraciones que van a suponer una revolución en el análisis e interpretación del comportamiento animal: «Es un oso [se refiere al pirenaico] que no solo mata para comer, mata porque no tiene una educación a través de su madre». Vamos, que no ha ido a la guardería de osos.
«Este oso mata ovejas y también ataca panales de ovejas, y al paso que seguimos va a acabar matando excursionistas que están confiados en que este tipo de osos matan solo para comer», añadió el etólogo de Vox. Interesante análisis: la madre no los educa bien y el padre está en la cueva tomando algo. Aunque es un carnívoro, aprovecha la disponibilidad de hierbas, brotes tiernos, frutos secos —bellotas, hayucos, castañas—, frutos carnosos —arándanos, fresas, frambuesas, manzanas, cerezas—, insectos, miel, cadáveres de animales, y, por supuesto, excursionistas confiados; el típico picoteo pirenaico.
Si me permiten la sugerencia, creo que este diputado debería empezar por estudiar el comportamiento de los miembros de su grupo parlamentario y dejar en paz a los osos pirenaicos. Como los lectores sabrán, hay muchas clases de osos, y de diputados, y sería aconsejable que en casos como este el portavoz supiera de lo que habla.
La difícil convivencia entre osos y ganaderos es un tema recurrente en las montañas del norte peninsular, pero, estando Vox por medio, uno no deja de pensar si lo que hay detrás no es que se trate de osos inmigrantes, que, como todo el mundo sabe, tienen un mayor tendencia a delinquir.
La población de osos pardos ha aumentado notablemente en los últimos años, provocando más avistamientos y encuentros con personas. Aunque a veces se acercan a áreas pobladas, los encuentros suelen ocurrir en plena naturaleza; en cualquiera de los casos no debemos llamarlos ni asustarlos, mantener la calma es lo más importante.
Cuestión bien diferente es cómo reaccionar si nos encontramos en plena naturaleza con un diputado de Vox como el protagonista de esta columna. En primer lugar, si lo vemos a una distancia segura, disfrutemos de la observación y no intentemos en ningún caso acercarnos para hacer fotos u observarlo mejor. Siempre debemos guardar cierta distancia. Pero recuerden que esta última probabilidad es remota, hay muchos más osos en nuestro país que diputados de Vox.