«Es ofensivo para las mujeres trabajadoras que la esposa del presidente solo tenga unos ahorros de 40,25 euros»

OPINIÓN

Francisco J. Olmo | EUROPAPRESS

06 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un mujer trabajadora

Ahora que entramos en los tiempos de la inteligencia artificial (IA) vamos olvidando, casi despreciando, no solo la inteligencia natural sino también el sentido común, el menos común de los sentidos. Es ofensivo para las mujeres trabajadoras que la esposa del presidente muestre unos ahorros de 40,25 euros. Sobre todo cuando fue calificada previamente de «mujer trabajadora». Así será, no hay por qué dudar de la palabra de quien lo dice. Y con 11 cuentas bancarias nada menos. No es necesaria la IA para descubrir un poco de burla y choteo en el tema. Cualquier persona que no haya perdido del todo el raciocinio o la más básica inteligencia (natural) puede llegar a comprenderlo. M. J. Vilasuso. As Pontes.

Control disfrazado de amor

A pesar de las inversiones, las denuncias y la evolución de la propia sociedad, la lacra de la violencia de género sigue latente, pero lo peor es ver que se repite entre los más jóvenes. Hemos asistido recientemente al asesinato de una menor a manos de su pareja, que también era menor.

Es indignante ver que en los entornos juveniles se sigue confundiendo el control con el amor. Jóvenes que revisan los teléfonos de sus parejas, que les prohíben vestir de ciertas maneras o que cuestionan con quién salen, y que encuentran eco en una cultura que sigue romantizando los celos como prueba de afecto. Este es el caldo de cultivo de violencias más profundas que, si no se identifican a tiempo, escalan hacia abusos físicos y psicológicos. Adrián Rodríguez.

Mbappé

Muy mal este jugador por ahora, después de estar dando largas al Real Madrid durante siete años, y encima en uno momento muy dulce del barcelonismo. Él mismo debía colaborar, por ejemplo, dejando a otros compañeros que tiren los penaltis. Y, negociándolo con el entrenador, jugando menos minutos. Pero, claro, para eso hay que tener mucha humildad. Ojo, y soy merengue, pero no me chupo el dedo. Luis Redondo. Santiago.