Felicidades

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

Kai Försterling | EFE

21 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Leo en un periódico madrileño la discusión entre dos intelectuales sobre si la Navidad sigue siendo cristiana o se ha convertido en otra cosa: en unas fiestas de invierno que viven de las sobras de una alegría ya remota. No tuve paciencia para leer la discusión completa, pero el diario resumía el asunto en que existen dos navidades: la cristiana, contaminada ya por el consumismo, y otra que nadie sabe definir muy bien pero que por lo visto también es Navidad. La cristiana celebra el nacimiento de Cristo y, con él, la apertura hacia el futuro, hasta el punto de que Belén divide el tiempo en un antes y un después de Cristo. Con él se sale del ciclo y del mito y se entra en la libertad y, por tanto, en la historia. El Niño inserta la ternura en un mundo esclavo, violento y cruel, especialmente para las mujeres, que enseguida se llenan de esperanza, se convierten en las grandes evangelizadoras y artífices de la rápida expansión del cristianismo.

También esta semana escuché a alguien que citaba la definición que da Chesterton de frivolidad. A Chesterton se le atribuyen muchas frases ingeniosas, como a Churchill y a Einstein. No he conseguido corroborar esta y no recuerdo habérsela leído. Incluso me extrañó. Pero me sirve para estas fechas: la frivolidad consiste en querer alegrarse sin tener de qué. La cito de memoria, por eso no la entrecomillé. Me parece que describe bien cierto tipo de frivolidad: una falsa alegría incapaz de sobrevivir más allá del instante en que se provoca. Muchos asocian la Navidad con la tristeza. Porque echan de menos personas o porque sienten nostalgia de lo que tanto festejaban de niños.

Les deseo una Navidad muy feliz y que esa alegría les dure todo el año.