La guerra entre Rusia y Ucrania también la libramos nosotros

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

Azamat Sarsenbayev | REUTERS

02 ene 2025 . Actualizado a las 08:49 h.

Las guerras no solo se desarrollan en los frentes de batalla ni en las pantallas de los mandos de los ejércitos. Las guerras no solo las sufren los soldados que tienen que afrontar al enemigo desde las trincheras, ni los civiles que se ven obligados a buscar refugio en los túneles o en los refugios subterráneos. Las guerras también se libran a miles de kilómetros y se cobran víctimas inocentes que han tenido la mala fortuna de encontrarse en el lugar equivocado en el momento menos oportuno. Que se lo digan si no a los familiares de los fallecidos en el avión de pasajeros de Azerbaijan Airlines que se estrelló el miércoles 27 en Kazajistán. Esta aeronave tuvo la desgracia de cruzar el espacio aéreo donde Rusia intentaba frenar los ataques ucranianos. En una declaración sin precedentes, el presidente Vladimir Putin ha pedido disculpas públicas a su homólogo azerí, sin asumir por completo la responsabilidad del desastre ocasionado por un misil antiaéreo. La negativa del Kremlin a dejar que el vuelo aterrizara en suelo ruso provocó la muerte de 38 personas.

Más hacia el norte, en las gélidas aguas del Báltico, las autoridades de Helsinki afirmaron haber abordado y tomado el control, el día de Navidad, de un petrolero ruso, el Eagle S, acusado de ser el responsable de haber cortado con un ancla un cable eléctrico submarino y tres líneas de internet que conectan Estonia con Finlandia. Este buque no solo es sospechoso de haber dañado infraestructuras de comunicación clave, sino de transportar crudo violando las prohibiciones internacionales. Pero no solo este es el único incidente relacionado con infraestructuras críticas, también varios gasoductos de la región fueron gravemente dañados en los últimos dos años, presumiblemente por el arrastre de un ancla.

Este conflicto también se ha acercado a nuestras costas, lo cual, obviamente, debe de preocuparnos muy seriamente. El carguero Ursa Mayor, un navío ruso que transportaba grúas portuarias móviles y piezas para la construcción de un buque rompehielos desde la base naval de Tartus en Siria a Vladivostok, sufrió tres explosiones, achacadas a problemas en la sala de máquinas, pero que se sospecha fueron el resultado de un sabotaje de la inteligencia ucraniana. Como consecuencia de ello, el buque se hundió frente a las costas españolas en Nochebuena. Mientras haya guerras, por muy lejos que estemos de los frentes, siempre seremos vulnerables.