El trastorno por estrés postraumático

Elisardo Becoña AL DÍA

OPINIÓN

LAS VEGAS METROPOLITAN POLICE DE | EFE

07 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El trastorno por estrés postraumático (TEPT), conocido en otras épocas como neurosis de guerra o fatiga de combate, es un grave problema de salud mental. La mayoría de los que lo padecen han participado en situaciones de combate reales, aunque hoy se ha ampliado a eventos traumáticos intensos como padecer estrés agudo, sufrir maltrato, tortura, violación, accidente, atraco, tiroteo, violencia, exposición a la muerte o catástrofes naturales. Estos eventos afectan gravemente a las personas, que padecen el acontecimiento con miedo o terror y con un alto nivel de activación.

Las personas que desarrollan un TEPT reviven una y otra vez lo que les ha ocurrido, en sus sueños, en sus pensamientos, creando un intenso y prolongado malestar psicológico. La evitación, la ansiedad y la depresión pueden persistir en el tiempo y mantenerse una vez finalizada la situación que lo ha provocado. Por ello, el TEPT puede aparecer meses después. Pueden tener síntomas disociativos (por ejemplo, se ve a sí mismo desde la perspectiva de otra persona); suelen evitar personas, lugares, recuerdos, pensamientos o sentimientos relacionados con el suceso traumático; aparecen síntomas de hipervigilancia por si el suceso puede volver a repetirse; y, pueden sentir una gran culpa por sobrevivir. Eso les produce ira, agresión física y/o verbal ante la menor provocación, dificultad de concentración, olvidos, junto a plantear quitarse la vida. Lo peor es revivir el acontecimiento traumático porque lo ven como si fuese real y actual.

En los países que están implicados en guerras, actualmente el TEPT es una de sus principales consecuencias. A corto plazo, a esas personas hay que retirarlas del frente. A medio plazo, van a estar de baja u hospitalizadas si el problema es grave. Y, a largo plazo, una parte no se recuperará de lo que han vivido. Datos oficiales de la Administración de Estados Unidos indican que en el último año un 15 % de sus soldados que participan en combate sufre TEPT, que sube al 29 % a lo largo de su vida. Allí es un grave problema de salud mental. Estas cifras crecieron respecto a hace unos años. Lo más grave es que algunos pueden llegar a situaciones descontroladas, incluso vengativas, y difíciles de entender para la población.

Con todo, hay una nota de optimismo. No todas las personas desarrollan TEPT en situaciones límite y gran parte de los pacientes mejoran conforme pasa el tiempo, con tratamientos adecuados. La recuperación depende en gran medida de la intensidad del incidente y de cómo lo interpreta la persona. No olvidemos que todo ser vivo tiene como función sobrevivir. Nuestra supervivencia no se centra solo en lo físico; también en lo psicológico, sobre todo cuando las condiciones del medio no son las adecuadas, cuando son extremas y la vida de la persona corre peligro, como ocurre con mucha frecuencia. El apoyo del grupo, el apoyo social, es un elemento protector esencial para superar las graves consecuencias de situaciones traumáticas como las indicadas.