El que reparte se lleva la mejor parte. Esto lo sabe hasta Joe Biden, quien no contento con hacerlo con su hijo Hunter, se despidió de la presidencia indultando a otros cinco familiares. Estaba aún la tinta de la vergüenza de Joe fresca cuando este hombre de color naranja, pajarita negra y camisa blanca de la esperanza, es un hecho electoral, de 77 millones de personas (sic) se puso a firmar los suyos: 1.500 procesados por el asalto al Capitolio. Para lo mejor de cada casa llegó la «edad de oro» anunciada por Donald Trump. Para el resto, se irá viendo. La orgía de indultos no alcanzó a este pastel con Air Force One incluido. La prueba es la punta de la espada que sostiene el señor de color naranja, con restos de crema y bizcocho. He aquí a Trump repartiéndose el pastel, con esa sonrisa suya que no se sabe si es sonrisa o agujetas. Al fondo, el rostro inquietante de Melania, ya sin sombrero. Podría decirse que colaboradora necesaria. Ay, si el pobre pastel hubiese asaltado el Capitolio.