El mérito de Jenni Hermoso y de todas las compañeras futbolistas que la apoyaron, resistiendo las presiones del entorno de Rubiales y de los mandos de la Federación, es enorme. Aunque vivían un momento dulce tras proclamarse campeonas de un Mundial que por primera vez había despertado cierto interés entre el gran público, sabían que el poder al que se enfrentaban podía pasarles factura. Como ya les había ocurrido a otras compañeras que osaron desafiar a la Federación algunos años atrás. Pero arriesgaron y vencieron. No solo consiguieron que cayese Rubiales, sino que parte de sus capataces tuvieron que irse con él después del acoso al que sometieron a las futbolistas. ¿Y fue realmente todo por un beso? ¿Un beso es el responsable de tumbar a Rubiales? Sí, pero no.
A estas alturas del siglo XXI nadie en su sano juicio cuestionará que, como decía ayer Jenni Hermoso en su declaración ante el juez, un jefe no puede besar a una subordinada. Hacerlo ante los ojos de millones de telespectadores, dentro y fuera de España, supera cualquier calificativo. Pero tampoco nadie en su sano juicio creerá que cayó solo por eso. El beso fue la excusa perfecta.
Rubiales ya había protagonizado muchos titulares antes de la final del Mundial femenino del 2023 en Australia. Su nombre estaba en algunos expedientes judiciales, investigado, por ejemplo, por la organización de la Supercopa en Arabia, y por las inmensas comisiones cobradas por Piqué. Ya había trascendido su salario (cerca de un millón de euros), el ático (dos millones de euros) y aquella lujosa fiesta pagada con dinero de la Federación. Indicios de que Rubiales tenía algún que otro enemigo.
Y entonces llegó el beso. ¿De verdad que todos los que remaron para que Rubiales cayera lo hicieron por defender a Jenni Hermoso? ¿O se aprovecharon para darle la estocada al presidente de la Federación? Lo sabremos cuando pase esta ola de apoyo a Jenni, en particular, y a las mujeres del fútbol español, en general. Entonces se verá si algo ha cambiado, o si los que se subieron a la polémica solo aprovecharon su momento.