¿Mejor actriz o mejor persona?

Azucena Alfonsín
Azucena Alfonsín A CALZÓN QUITADO

OPINIÓN

La actriz Karla Sofía Gascón en la ceremonia de los Globo de Oro el pasado mes de enero
La actriz Karla Sofía Gascón en la ceremonia de los Globo de Oro el pasado mes de enero CAROLINE BREHMAN | EFE

08 feb 2025 . Actualizado a las 10:05 h.

Karla Sofía Gascón no dejó títere con cabeza. Cargó duramente contra los chinos, contra George Floyd, contra la vacuna del covid, contra la supuesta bisexualidad de Miley Cyrus, contra el catolicismo y contra los musulmanes. Lo hizo sin ningún pudor y sin sospechar siquiera que esos mensajes malintencionados serían posiblemente el principio del fin de su carrera, al menos en Hollywood, capital de la doble moral.

A esta mujer, que de soberbia va sobrada, le faltó coherencia en el discurso de victimización que lanzó mucho antes de que la prensa destapara la cloaca de sus tuits, justo cuando acusó de tránsfobos a los detractores de la película por la que recibió la nominación al Óscar a Mejor Actriz. También se quedó corta de congruencia al asegurar en un plató de televisión que hay una parte de la sociedad que está todo el rato «intentando joder a los demás» por su orientación sexual o por su color de piel.

Lo que está pasando por alto Gascón es que las verdaderas víctimas de la transfobia se merecen un respeto. Todas y todos. Pero especialmente esos niños y niñas que sufren de acoso sólo porque no se identifican con el sexo con el que nacieron. Usar ese término con tanta ligereza para señalar a la gente a la que no le gustó su trabajo no beneficia a la causa.

En lo que sí lleva razón es en la exagerada reacción hacía su persona. La total falta de apoyo de la productora, de la distribuidora, del propio director y de sus compañeras en la cinta. Le dieron la espalda casi por completo dejándola totalmente sola. Y no queda claro si fue por ser mujer, por ser trans, por su ideología o por todo lo anterior. La duda surge porque a Harvey Weinstein tardaron bastante más en anularlo cuando estalló el escándalo del Me Too americano. No hay excusa para una cancelación masiva que la aparte de su trayectoria profesional. Los premios, nos guste o no, reconocen a una buena actriz, no a una buena persona.