El olor de la tierra húmeda

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

MONICA IRAGO

08 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Caen ya las primeras gotas de lo que promete ser un aguacero. Mientras espera que pase un taxi libre, advierte el olor que se eleva desde un parterre cercano, el olor de cuyo nombre le habló Noa pocos días antes de desaparecer. Un olor cuya denominación Víctor ignoraba. Noa acababa de aprenderlo: petricor. Le gustaba la palabra, jugaba con ella, la repitió muchas veces: petricor, petricor, petricor. Recuerda haber sonreído al verla satisfecha. El olor que levantan las primeras gotas al estrellarse contra la tierra. El preferido de Noa». Pese a que su incorporación al español es reciente, esta voz aparece ya en numerosas obras, como en la citada aquí, Será nuestro secreto, de Empar Fernández. En casi todas, el autor o los personajes se muestran encantados con este término, que seduce tanto o más que aquello a lo que da nombre, el olor que emana de la tierra que lleva tiempo seca al ser mojada por la lluvia. También se mostró maravillado un popular presentador de televisión cuando no hace mucho lo exhibió ante el actor al que entrevistaba para que él también se extasiase con petricor.

Petricor llegó al español a través del inglés, idioma en el que dos investigadores australianos, Isabel Joy Bear y Richard Grenfell Thomas, crearon el término petrichor en 1964. Aunque el fenómeno al que da nombre ya atraía el interés de los científicos desde al menos finales del siglo XIX. Es fruto de una combinación de muchas cosas que surgen de la tierra, entre ellas aceites vegetales volátiles y geosmina, una sustancia química producida por bacterias, así como del ozono transportado por las corrientes descendentes de la atmósfera. Hasta la aparición de petricor, unos hablaban de olor a tierra mojada, otros de olor a ozono, y algunos más, de olor a lluvia.

En el origen de esta voz están dos términos griegos, pétros ‘piedra’ e ichór ‘fluido que corre por las venas de los dioses’. Del inglés ha pasado a otros idiomas. Como en español, en portugués y catalán se usa petricor, forma también documentada en gallego; en vasco es petrikor; en francés, pétrichor, y en italiano, petricore. Se ignora por qué este sustantivo todavía no está en el diccionario de la Academia Española, aunque esta tiene en estudio desde hace tiempo una propuesta para su incorporación. La competencia está mostrando más rapidez de reflejos. Será que se huele cuándo una palabra impactará en nuestros sentidos. Como el petricor.