Karla Sofía y la libertad

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

Karla Sofía Gascón
Karla Sofía Gascón

10 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Es frecuente ver en la televisión o leer en la prensa noticias de algún homicidio en que vecinos de la víctima recalcan su bonhomía y su amabilidad, como abriendo resquicios a la posibilidad de que la muerte pudiera ser merecida para otra persona que no tuviera las virtudes que se resaltan. Ya pasaba con los debates sobre la pena de muerte —que en España fue eliminada en 1995—, cuando sus detractores argumentaban que existía la posibilidad de que se ejecutara a inocentes. Es obvio que estar en contra de la pena es estarlo de que se aplique a los culpables, al Chicle o a Jack el destripador, igual que hay que lamentar también la muerte de un vecino antipático y malencarado.

Que el rastro de maldades que Karla Sofía Gascón fue dejando en el hiperespacio de internet es infumable es un hecho, y publicarlos ahora para mostrar la calaña de la susodicha es un derecho y un acto de justicia popular. La actriz que ha mostrado su crueldad en sus escritos, llora ahora con lágrimas de cocodrilo. Pero ahí debe de acabar todo. Porque lo de «tomar medidas» solo corresponde a las leyes, y si no las está infringiendo, como parece, a Karla Sofía la ampara la libertad de expresión. Y las represalias son un ataque a esa libertad que conforma, con los gases de la convivencia y la tolerancia, la atmósfera respirable de la democracia, cuyo único límite es el Código Penal, no el escándalo, el desacuerdo o la indignación. Además, no hay que quemar aún a la bruja, porque a lo mejor es una buena actriz.