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«Altri vai ser a tumba do Goberno do PP». Lo dijo recientemente Ana Pontón, tras recibir en el Parlamento a diversas agrupaciones del entorno del BNG. Sucedió antes con los pélets, que iban a ser el nuevo Prestige y antes con la sanidad pública.
Pero lo cierto es que el tiempo pasa y el PP sigue siendo una montaña demasiado alta para que la escale el BNG. El pasado sábado, este periódico publicó una encuesta de Sondaxe sobre intención de voto, justo ahora un año después de que se celebraran las elecciones autonómicas. El resultado es prácticamente el mismo que se dio en los comicios del 18-F: 40 PP, 24 BNG, 10 PSdeG, y 1 DO. La única variación es la pérdida de un diputado de los nacionalistas en favor de los socialistas. Tal cambio no saca de pobre a la formación de Gómez Besteiro, pero sí refleja el freno que parece ha sufrido la escalada frentista.
Antes de las elecciones, los nacionalistas intentaron por todos los medios que la crisis de los pélets entrara en campaña. Ana Pontón se plantaba en las playas y el BNG movía todo su aparataje con la fe de haber pillado una presa que morder. Incluso, a falta de poco menos de un mes para el día de las urnas, se convocó una manifestación en la que participaron miles de personas, los habituales en las movilizaciones del Bloque. Finalmente, el resultado apenas varió en lo que al PP se refiere y Alfonso Rueda logró la mayoría absoluta.
La conclusión es que ha pasado un año desde el triunfo de Rueda y que la estabilidad demoscópica es extraordinaria. Durante este período de la legislatura, se han producido dos grandes manifestaciones contra Altri. La primera en Palas de Rei y la segunda en Santiago. El Bloque apuesta muy fuerte por Altri como arma para asaltar la Xunta en el 2028. De hecho, esto puede leerse en el documento aprobado por el comité central de la UPG del pasado 24 de enero: «É prioridade para nós reforzar a presión social organizada no territorio —de Palas á bacía do Ulla, da Arousa ao conxunto do País— contra a mega-celulosa de Altri coa certeza de que após a histórica manifestación de decembro as decisións políticas de financiar e avalar o proxecto son máis impopulares».
Mientras, el PP lo lleva con relativa tranquilidad. Los hechos, les avalan. Tras la manifestación en A Ulloa, en los comicios europeos, los populares se hicieron con el 60,22 % de los votos en Palas de Rei. Igualmente, manejan una encuesta de diciembre en la que se preguntaba si se consideraba que la Xunta debía procurar la implantación de industrias en Galicia, garantizando siempre la protección ambiental. El 91,4 % contestaron que sí.
La cuestión está en que el Bloque quiere desacreditar a toda costa las decisiones de los técnicos, siempre que estas sean favorables a la instalación de Altri. Y creen firmemente que si embarran el terreno de juego, se les abrirán las puertas de la Xunta.
Mientras, el discurso de Rueda es que apuesta por una gran industria, siempre y cuando pase el corte de los técnicos. De momento, va ganando Rueda.