El críptico lenguaje cripto

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

MIGUEL GUTIÉRREZ | EFE

01 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Primero fue Trump, antaño enemigo declarado del bitcóin, que hace unas semanas prometió hacer de Estados Unidos la capital cripto del mundo. Después apareció Milei promocionando una criptomoneda que en un suspiro causó pérdidas millonarias a miles de personas. Con las turbulencias que agitan el mundo de este tipo de monedas surgen más neologismos, la mayoría en inglés, que en español se toman sin más o adaptándolos solo parcialmente, y sin buscarles una alternativa. Lo peor es que buena parte de ellos resultan incomprensibles para la mayoría.

Muchos de los términos relacionados con esos asuntos contienen el elemento compositivo cripto- (‘oculto, encubierto'), que está resultando casi tan fructífero como narco- (narcotráfico, narcolancha, narcodólar, narcopiso...). También funciona como sustantivo y como adjetivo con los significados de ‘criptomoneda' y ‘perteneciente o relativo a las criptomonedas', respectivamente.

Estos días se habla mucho, por ejemplo, de memecoin, que podría traducirse como moneda meme o criptomoneda meme. Estas suelen tener su origen en un meme de internet o mostrar algún rasgo humorístico. Pueden alcanzar valores muy altos, pero son muy volátiles y, en consecuencia, peligrosas.

Aunque con poco éxito, ya se propone el empleo del despectivo criptolay (de cripto ‘criptomoneda' y tolay ‘tonto') para nombrar al incauto sin experiencia que invierte en criptoactivos.

Otro de estos neologismos es cryptobro —parece que ahora todos somos bros—, que en español se ve más en la adaptación parcial criptobro, que también se tilda, para dar nombre a los entusiastas de las criptodivisas. La forma más adaptada a la pronunciación en español es criptobró. Es un término coloquial que a veces se usa despectivamente. A los criptobrós se les atribuyen, ente otras, estas características: varón joven, blanco, narcisista, muy activo en redes sociales, inversor dispuesto a operaciones arriesgadas y especulativas, abierto a aceptar teorías de la conspiración...

El grupo español de rap Los Chikos del Maíz editó en el 2022 su canción Criptobros [sic], que concluye así: «Emprendedores y vendedores de humo / Estafas piramidales / Criptomonedas en el desayuno / Humo, humo, criptomonedas en el desayuno / Humo, humo, que todo es humo, joder / Que todo es humo».