Terrorífica «Adolescencia»

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

El creador de «Adolescencia», Stephen Graham, interpreta al padre del protagonista
El creador de «Adolescencia», Stephen Graham, interpreta al padre del protagonista NETFLIX

23 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El terror no es la casa encantada ni la sombra que susurra. El terror es esa realidad reconocible y cruda que sangra en nuestro plato. Es esa posibilidad tan cercana y verosímil, que llega a rozar la piel y produce el escalofrío. Es tener que pensar en lo impensable. Por eso la serie Adolescencia, de Netflix, es terrorífica. Un producto perturbador no apto para cualquier momento ni para cualquier estómago. Esa es la razón por la que muchos padres hablan de esta producción, pero se resisten a darle al play. Los capítulos, rodados en plano secuencia, no llevan al espectador de la mano, lo empujan dentro de la historia de un niño supuestamente normal, hijo de un fontanero, que ha matado a una compañera de clase. El observador siente como si lo hubieran arrojado a un río frío y caudaloso y solo pudiera dejarse llevar por la corriente. Se mete en las entrañas de la comisaría. Se pierde en un colegio que es una zona de guerra. Contiene la respiración junto a la psicóloga que evalúa al acusado. Y se sube al coche de la familia destrozada que intenta fingir normalidad. La pregunta no es quién. Es por qué. ¿Cómo se pavimentó el camino a la monstruosidad? Los pasos se pierden en ese universo infinito e insondable del adolescente que comienza frente a una pantalla en la propia habitación. Ahí donde el acoso y el odio incel sirven la locura a domicilio, creando nuevos fantasmas y resucitando los propios. Y en el hogar se torturan tirando del hilo invisible de la culpa que cuelga sobre esa oscuridad.

Al final, el padre del asesino, un soberbio Stephen Graham, ve a su otra hija resistiendo de forma admirable y le pregunta a la madre: «¿Cómo la criamos a ella?». La respuesta, demoledora, destila la esencia de la serie: «Igual que a él».