
La presidenta del Banco Central Europeo, Christian Lagarde, ha cogido a todos por sorpresa anunciando que en octubre de este año se implantará el euro digital.
La gran mayoría de la opinión pública no tiene la menor idea de qué es eso y qué consecuencias tiene, pero «la novedad» viene y además lo hará rápido. El euro digital es una de las llamadas CBDC, siglas que corresponden en inglés a las monedas digitales de los bancos centrales.
Hay más de ciento treinta proyectos de este tipo en todo el mundo, aunque solo ha sido implantada en tres países: Jamaica, Bahamas y Nigeria. El caso de Nigeria, un territorio de doscientos millones de personas, nos puede dar idea de lo que nos viene encima.
En Nigeria, al menos, se realizó un referendo para saber si a la ciudadanía le parecía oportuno implantar la versión digital del naira, su moneda nacional. Pero vaya, no les sirvió de mucho aunque votaron el 99,5 % en contra, porque el entonces presidente, Muhammadu Buhari, decidió unilateralmente implantarlo en el 2022.
El gobernador del Banco Central de Nigeria, anunció que todo el efectivo se pasaría a digital al año siguiente. Los ciudadanos tenían que bajarse una aplicación al móvil que era un monedero electrónico e ir al banco para que el efectivo se le transfiriera. La adopción fue escasa. Entonces se llevó a cabo lo que se conoce como un corralito económico equivalente a cuarenta y cinco dólares por persona y día en cajeros, con el principal objetivo de forzar a los ciudadanos que tenían cuenta bancaria a pasar sus saldos al e-naira.
Como la población seguía viviendo de espaldas a la moneda digital, se decidió abruptamente prohibir el efectivo a partir del 10 de febrero del 2023 y el ochenta por ciento de la moneda circulante se transfirió a los monederos digitales.
Muchas personas no censadas o sin identificación no tenían manera de obtener un monedero digital. Los efectos fueron devastadores, la gente se moría de hambre, no podían poner gasolina, ni cobrar la nómina. Los billetes se utilizaban para liar tabaco o para hacer hogueras.
Visto lo visto, al final las autoridades tuvieron que dar marcha atrás y restablecer el efectivo. Curiosamente, una parte sustancial de unos 7.500 millones transferidos a monederos digitales que no fueron reclamados, desaparecieron, pero esta es otra historia.
Las consecuencias del sainete nigeriano es que hoy en día Nigeria pasa por ser uno de los primeros países del mundo en posesión de criptomonedas, por delante de Estados Unidos.
A consecuencia de todo ello se calcula que unos 33 millones de personas han perdido la confianza en los bancos y sus autoridades monetarias para siempre.
El euro digital se considera parte del sistema de dominio de la población y certifica que el «totalitarismo monetario» empobrece a los ciudadanos todos los días a través de la deuda soberana y la inflación.
Es previsible que con el euro digital que se quiere lanzar el control sea absoluto. Frente a esta situación y en este contexto se considera que la alternativa para los ciudadanos es la autodeterminación monetaria. El único soberano es el que emite moneda.
La sociedad mediante la tecnología blockchain puede crear cripto activos que sean una alternativa al totalitarismo monetario.
Es la única alternativa para tener libertad, crear nuevos sistemas de intercambio de valor y generar prosperidad.