El feísmo del acento gallego de Zahera

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

RAQUEL MANZANARES

08 abr 2025 . Actualizado a las 13:20 h.

El actor Luis Zahera está que arrasa. Va de estreno en estreno y siempre con éxito. El último en el cine, Tierra de nadie. En una entrevista al programa de 3Cat Col-lapse, el artista resucitó un tema que ha discriminado a los gallegos en la escena durante décadas. Así recogió mi compañero Paulino Vilasoa en La Voz las palabras de Zahera: «Hubo un tiempo en el que no encontraba trabajo precisamente por tener un acento gallego muy marcado», lamentó, «había esa cosa de que en España se acudía o al neutro o al andaluz». Y en su caso no procedía. «Tengo bastante poco oído, me costaba imitar otros acentos».

Fue mentar el tema del acento y se lio. El famoso crítico Carlos Boyero, que despierta como los genios pasiones y odios por igual, había dicho precisamente sobre Luis Zahera: «Le tengo manía a algunos actores. Es brillante y le han dado todo tipo de premios, pero me cuesta este señor gallego, Luis Zahera». Este señor gallego, en fin. Añadió Boyero ejerciendo más que nunca su espíritu de crítico, cínico y cítrico: «Él, con su acento permanentemente gallego... no, todo el mundo me dice que es formidable, igual es problema mío, pero me cuesta conectar con él». Menos mal que la taquilla y la inmensa minoría de los que escriben de cine sí conectan con Zahera.

Boyero volvía a resucitar el sufrido espíritu de personajes que durante años en el cine español solo tenían papeles precisamente por su acento gallego, básicamente para reírse de ellos, no con ellos. Me refiero, por ejemplo, a Xan das Bolas o a Beatriz Carvajal. Secundarios para hacer directamente de tontos o de criadas. Las señoras hablaban perfecto castellano de Valladolid, mientras que para hacer de chicas para servir sí que valía el acento cantarín do galego. Por cierto, mucho más cantarín cuando uno va hacia el sur, por si les interesa. El acento galego se utiliza también de forma peyorativa en los chistes. Cómo no. De nuevo, para reírse de nosotros, no con nosotros. No paraba de llover en Sevilla y a uno de los Morancos, da igual cuál, se le ocurrió subir hace poco un vídeo a la red con la siguiente frase sumamente graciosa: «Están aquí abajo las percebeiras de Triana». Se veía Sevilla al fondo con una lluvia que parecía arte y no caía en Compostela. El Moranco, para subrayar la broma, intentó imitar o noso acento sin mucho éxito. Le quedó burdo, como si estuviese imitando a alguien con las luces cortas. Resucitaba la chanza típica. Estuvo rápido el equipo de comunicación del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que le contestó con otro vídeo invitándole a venir a Galicia, ya que aquí lucía un sol espléndido. En la versión Galifornia. Y es que en esta tierra, en efecto, no siempre te encharcas.

Ojalá todos los que siguen utilizando la tonadilla de nuestro hablar como un feísmo de Galicia se den cuenta para siempre que lo que hacemos es cantar al hablar. Puro arte. Y así dejan de convertirnos en un chiste fácil. El acento galego existe y es fermosísimo. No solo no lo ocultamos. Nos encanta, igual que a los argentinos. Como nos gusta que triunfen nuestros actores cantando al hablar sin ocultar sus orígenes.