Ucrania, como el Berlín del muro

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

Thomas Peter | REUTERS

13 abr 2025 . Actualizado a las 11:58 h.

Es la penúltima de Donald Trump y sus señores de confianza, esos que los estadounidenses críticos llaman los «hombres del sí» porque no saben decirle no al líder. Para ellos, el mundo es, a ratos, un Monopoly. Por tiempos, un Estratego. El enviado de Estados Unidos a Ucrania, el general Keith Kellogg, sugiere que el país podría ser dividido al estilo de Berlín tras la Segunda Guerra Mundial. Tropas aliadas europeas en el oeste y fuerzas rusas en el este. Las dos Ucranias, separadas en el mapa por el trazo del rotulador permanente de Trump al dictado del amigo Putin. Un plan sin fisuras, como muestra la Historia. El problema es que para muchos solo existe el presente y la Historia es una cosa densa, oscura y terca que se pierde en el pasado. Les duele el cuello al mirar hacia atrás. De hecho, es posible encontrarse en las redes sociales a estadounidenses que sostienen que John F. Kennedy fue un gran republicano. Es probable que tampoco sepan que JFK pronunció en Berlín Occidental en 1963 aquel discurso que se ancló entre los presentes y ausentes con una frase: «Ich bin ein Berliner». «Yo soy un berlinés». Nada más lejos del actual inquilino de la Casa Blanca. Si Trump ve Gaza como un terreno expropiable para dar un pelotazo urbanístico de la mano de su querido Netanyahu, es probable que crea que los puestos fronterizos de una Ucrania partida funcionarán como atracciones turísticas, como ocurre ahora con el famoso Checkpoint Charlie, un lugar en el que llueven las fotos con turistas sonrientes pero que en su día fue un enorme punto de dolor de la Guerra Fría. Habrá líderes en el mundo que digan «yo soy un ucraniano». Muy pocos se atreverán con el «yo soy gazatí».