Alta miopía: más de seis dioptrías

Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

SANDRA ALONSO

18 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Se habla de alta miopía o de miopía magna cuando un paciente presenta más de seis dioptrías. La también llamada miopía patológica es mucho más que una simple dificultad para ver de lejos. Y es que cuando existe un alargamiento excesivo del globo ocular, además de conllevar un enfoque incorrecto de las imágenes, la distorsión en la estructura ocular predispone a patologías graves que van más allá de la visión borrosa.

Las previsiones de la Organización Mundial de la Salud apuntan a que, en el año 2050, la mitad de la población mundial será miope y un 10 % además superará las seis dioptrías.

La verdadera amenaza de la alta miopía reside en su estrecha relación con enfermedades como el glaucoma y las cataratas. No solo afecta a la capacidad de ver con claridad, sino que también convierte el ojo en un órgano frágil y vulnerable a daños progresivos e irreparables. Los pacientes con miopía magna presentan una probabilidad mucho mayor de desarrollar estas patologías, especialmente el desprendimiento de retina, que es la principal causa de ceguera en personas con miopía extrema.

Para hablar de alta miopía o miopía patológica existen dos factores claves de tipo estructural. El primero es la ya mencionada elongación del globo ocular de diferentes formas: adelgazamiento de estructuras, rectificación de estructuras vasculares y tracción de estructuras rígidas. Todo ello influenciado por diferentes condicionantes como son la edad, el componente genético o los factores ambientales. El segundo factor clave es la presencia del estafiloma, que es un tipo de deformación del ojo, más frecuente en la zona posterior y que es donde se encuentran estructuras muy importantes como el nervio óptico o la mácula.

¿Pero qué podemos hacer para tratar el avance de esta condición? La miopía magna requiere de un enfoque integral e individualizado. La opción más frecuente para corregir el defecto refractivo en las personas con alta miopía es la implantación de lentes intraoculares fáquicas, ya que al ser miopía elevada no se puede hacer cirugía láser. Las más usadas son las lentes ICL, que se colocan entre la córnea y el cristalino y, en los casos en los que la alta miopía lleva asociada otras patologías oculares, se irán tratando estas complicaciones a medida que vayan apareciendo en el desarrollo de la enfermedad.

Importante es también controlar su evolución en la edad pediátrica, porque la miopía magna también se puede presentar durante la infancia, siendo esta una etapa decisiva para frenar y corregir esta patología. Conviene señalar que este tipo de miopía es un factor claro de riesgo a la hora de padecer enfermedades oculares en la edad adulta, llegando a ser incluso una de las principales causas de discapacidad visual. Por ello es fundamental su detección temprana. A los seis años un niño ya ve prácticamente como un adulto, por eso a esa edad debe preguntárseles si son capaces de ver objetos lejanos y, si saben leer, qué pone a lo lejos. Acercarse en exceso a las cosas o una mala visión de lejos son síntomas indicativos de que un niño puede estar desarrollando miopía.

Una vez detectada es importante que sea tratada convenientemente para intentar frenar su evolución. Actualmente existen diversos tratamientos que ayudan a controlar este defecto refractivo, como el uso de lentes oftámicas (DIMS o HAL), lentes de contacto multifocales blandas o el tratamiento farmacológico con colirio de atropina, siendo esta última solución la más efectiva para frenar este problema de visión.

Dicho esto, me gustaría incidir en el hecho de que el diagnóstico y la corrección temprana de la miopía ayuda al correcto desarrollo del niño, e incluso mejora su rendimiento académico. Lo más recomendable es visitar al oftalmólogo una vez al año, entre los 3 y los 10 años, y cada dos años, entre los 11 y los 16. Además, resulta especialmente relevante, en el caso de niños con padres que presentan defectos refractivos o estrabismo, que acudan a controles. Y se debe recalcar la necesidad, cada vez más importante, de fomentar las actividades al aire libre y hacer un mayor uso de la visión a larga distancia, para prevenir el desarrollo de la miopía.